LA MUJER EN LA DOCENCIA
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Por: Jaqueline Martínez Vázquez
Mtra. En Psicología Educativa
Hoy, en El Día de la Mujer, es importante resaltemos una noble actividad, que por décadas ha significado un reto, pues implica de manera directa influir en el pensar de un futuro ciudadano o ciudadana, y me refiero por supuesto a la ardua tarea de ser educadora, labor que ha sido principalmente reconocida en la sociedad por su destacada aportación en pro de una sociedad mejor, siendo a su vez parte de una revolución en el ámbito laboral, pues, como es sabido, históricamente sólo podía participar en las tareas de oficio; pero recordemos que por allá de 1871 estando como presidente el licenciado Benito Pablo Juárez García, se creó la “Escuela de Artes y Oficios para Mujeres”, la Escuela Normal de Maestras” y la de Enfermería, marcando un gran avance ideológico y profesional en nuestro país; creando así, un sin número de escuelas para señoritas.
Hablemos de historia.
Otra fecha que se destaca, fue en el año de 1970, en la que se hace presente el derecho a la educación en la mujer, el libre acceso e inserción educativa a diversas áreas; logrando y constituyendo a la fecha una mayoría de mujeres docentes, como lo destacan cifras interesantes desde finales del siglo XIX, al laborar un 68.81%. de féminas al servicio de la educación según datos de la SEP registrados en el Sistema de Consulta Interactivo de Estadísticas Educativas, en dónde la participación se denota predominando principalmente en el nivel preescolar desde 1981, con un 79.1%, según lo indican datos oficiales.
Estas fechas señalan logros y proyecciones históricos y nos marcan la pauta para lo que habremos de generar en el futuro, pero también, nos responsabiliza a desenvolvernos con dinamismo, con profesionalismo y valores, creando legado duradero y de valía., buscando espacios para dignificar nuestra profesión; con iniciativas en que exista innovación; espacios en los que se escuchen las voces de las docentes, alzando la voz en foros y congresos. Haciendo presencia.
Hoy, en las escuelas se hacen notar un gran número de mujeres; por lo que es importante dejar huella en el acto educativo; mostrar un genuino compromiso social, que impacte en la formación y transformación de nuestros alumnos e incrustar conocimientos y recuerdos agradables; como el que dejaron grandes maestras en una servidora, que motivaron con su dedicación y gusto por la docencia; ya que sin duda las recuerdo con un gran capacidad para mejorar cada día, siempre a la par de las tendencias educativas y con gran desenvolvimiento en el aula que hacían gala de su liderazgo en actos académicos así como culturales y políticos, siempre con coherencia, dignificando a la mujer de ayer y de hoy.
Compañeras y compañeros de pupitre, no me dejarán mentir.
Sin embargo, aún después de tantas iniciativas de ley y luego de que la mujer ha incursionado en áreas que hace años le eran vedadas, se considera que persiste aún en gran medida la falta de oportunidades en términos de derechos formales en el plano educativo, como las Jefaturas y Secretarias de Estado, puestos de alta relevancia en materia de tomas de decisión y genuina libertad de expresión.
Los logros sociales obtenidos por la mujer no han sido producto de dádivas, han sido obtenidos con esfuerzo, con inteligencia, con valentía y con organización. Inculquemos cómo docentes esos mismos valores y sigamos sembrando, con esperanza, en las conciencias de nuestra niñez para vislumbrar un México triunfante.
Y a los madres y padres de familia que me hacen el alto honor de leer las palabras de una servidora, los invito a reflexionar lo que mencionara Leopoldo Abadía en una conferencia que ofreció en Las Palmas de Gran Canaria organizada por la Asociación de la Empresa Familiar de Canarias EFCA.:
¨No preguntes qué mundo dejaremos a nuestros hijos, la cuestión es qué hijos dejaremos a este mundo
