LA MULATA DE CÓRDOBA*
LA MULATA DE CÓRDOBA*
“Hallábase
presa ahora muchos años en cárceles del Santo Oficio, según cuenta el vulgo,
una famosa hechicera (llamada la mulata de Córdoba) traída a buen recado desde
la villa de este nombre a México. Seguramente aquel sitio no debió parecer un
albergue de delicias a la nueva Medea, pues a poco de estar en él determinó
trasponerse. Más como de suyo era persona comedida y atenta (los que conocen de
trato a los brujos aseguran que no todos tienen estas buenas partidas) quiso,
antes de salir del hospedaje, dar aviso a los señores de casa. Para esto
resolvió aprovechar la primera ocasión en que viniese alguno de ellos a su
calabozo.
-Señor alcaide, ¿qué le falta
a ese navío? –dijo un día la bruja al honrado cancerbero de aquellas cárceles,
señalándole un buquecillo que con carbón había dibujado en la pared.
-Mala mujer –contestó el
gravedoso guardián-, si supieras cuidar tu pobre alma como sabes hacer otras
cosas, no darías en qué entender al Santo Oficio. A ese barco solo le falta que
ande.
-Pues si usted quiere –dijo la
encantadora-, él andará.
– ¡Cómo! –replicó sorprendido
el alcalde.
– Así –dijo la hechicera; y
diciendo y haciendo, de salto entróse en el navío, el cual, ¡oh portentos de la
brujería!, tan presto y fugaz como una visión, desapareció con la pasajera de
los ojos del atónito ministril.
Nada volvió a saberse de ella
por algún tiempo en México; mas al fin hubo noticia de que en su buque lineal
había atravesado todo el Pacífico, y pocas horas después de salida de México
estaba en Manila: cierto que la mujer caminaba aprisa”.
*Cuento perteneciente al
doctor José Bernardo Couto. (Tomo I, Obras, México, 1891, p. 371). El autor
aparte de ser médico, era especialista en historia de la pintura en México. Un
cuadro dio origen a este cuento popular, que en un primer momento se llamó La
escapatoria mágica. Una representación de todo ello se encuentra en la
fortaleza de San Juan de Ulúa, situado en el puerto de Veracruz.