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LA NOSTALGIA DE LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS

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LA NOSTALGIA DE LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS

Rafael Rojas Colorado

           

Cuando lean estas líneas ya se conocerá al presidente municipal electo en las votaciones del primero de junio, esperando sea benéfico para Coatepec, pues lo merece; sin embargo, queda el sabor de las campañas proselitistas, en la que los aspirantes, con profundo deseo, sueños, pasión, anhelos e ilusiones, vislumbraban su candidatura en la mejor opción. Recorrieron las calles del pueblo, congregaciones, rancherías, senderos, veredas y caminos por donde fuese posible encontrar gente con derecho a votar y encontraron bosques desforestados y ríos en agonía, cicatrices en la piel y heridas en el alma. Hicieron sus propuestas que se trocaban como lluvia de estrellas en las que los ciudadanos regocijaban las esperanzas, mostraron los proyectos que deseaban aplicar en bien de la ciudad en caso de ser los elegidos. Jamás estuvieron solos, siempre acompañados de sus colaboradores más cercanos y de muchos seguidores que, sin ningún interés más que el de apoyar a su candidato, desafiaron los diversos climas que el día presentaba, simplemente porque todavía existen personas que solo gustan ayudar a su partido con sentimiento de pertenencia, bien por esas almas.

 

            Las fotografías se expresan por sí mismas, el ver esas imágenes plenas de colorido, optimismo, felicidad, respeto y también de agotamiento, conviviendo, saludando a la gente del pueblo, trazando nuevos caminos en busca del bien común; sonrisas, abrazos, apretones de manos, entrevistas con los medios de comunicación y, por momentos, compartiendo el pan, el vino y la sal, pues el organismo no puede prescindir de la dieta cotidiana. En estas imágenes cada candidato se profetizaba como el ungido del pueblo, solo el futuro lo confirmaría, cuando llegara la hora de la verdad. También algunos golpes bajos desde la oscuridad de perfiles falsos y anónimos, personas que esconden la cara y bajan los ojos si es que se les descubre o se les mira de frente, lo mezquino presente en ellos. Al ver estas fotografías que difundieron las redes sociales por todos los rincones del planeta, se percibe un halo de nostalgia de lo pasado, bien lo dice el poeta, cuando más pasa el tiempo saben mejor los recuerdos; así es la vida. Pero estás imágenes forman parte del álbum del pueblo, una página que nadie borrará a pesar de los años, queda en el recuerdo y estremece el cuerpo; así se va escribiendo la historia de los ciudadanos de una población que se perfila hacia el futuro y al progreso con paso firme.

 

            La campaña deja una enseñanza, alucina errores y aciertos, triunfo y derrota, ilusión y tristeza, es natural, no todos pueden ganar, pero alecciona al ciudadano, lo va despertando de los letargos y comprende que para tener un presidente como el que siempre se ha soñado y desea, se debe de comenzar por depurar las virtudes y los valores morales a sí mismo, porque los funcionarios públicos no vienen del espacio celeste sino de células de las familias que conforman la sociedad, como decía Walt Whitman, “Tú y yo somos la misma cosa, cada átomo que te pertenece me pertenece”. Dentro de cuatro años, Dios mediante, esperamos todo sea mucho mejor; hasta entonces.

 

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx