La nueva burocracia “Dorada”
La nueva burocracia “Dorada”
· No son brillantes ni con
experiencia para el cargo
· Cuando
Juan Maldonado no pudo llegar a la Rectoría
· Reyes
Heroles también vetó a Manuel Carbonell
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Esta
columna de Bitácora Política, habría que ponerle de música y letra de fondo, el
himno veracruzano de La Bamba, que en su inicio canta: “para bailar la bamba se
necesita, un poco de gracia y otra cosita…” aunque también habría que cambiarle
la estrofa diciendo “para ser funcionario se necesita más que ser gracioso,
otra cosita”.
Lo
anterior, luego de que se han venido dando los nombramientos de lo que se ha
empezado a denominar como “la burocracia dorada”.
Y es que
son dorados, no porque sean brillantes, sino porque todos salen de las filas de
MORENA sin tener la más mínima preparación y experiencia para ocupar el cargo.
Son dorados
porque son buenos para cobrar sueldos.
La regla
para ocupar un cargo como funcionario de primer nivel ya sea federal, estatal o
municipal, es “no importa lo que sepas, sino a quien conoces.”
El más
reciente caso -que se ha visto opacado por el escándalo de los candidatos de
MORENA al gobierno de Guerrero y Michoacán- es el que se dio esta semana y que
fue abordado en la columna Bajo Reserva del periódico El Universal.
Relata que
en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) tomó protesta a
Octavio Alberto Almada Palafox como comisionado nacional de Acuacultura y Pesca
(CONAPESCA).
La sorpresa
no sólo es su formación educativa (licenciado en Psicología Deportiva), sino
que las labores que desempeñaba antes de ese encargo, no tienen ninguna
relación con su puesto recién asignado.
Palafox era
parte de la ayudantía del presidente Andrés Manuel López Obrador; incluso fue
uno de los asistieron al presidente mientras tuvo Covid-19.
Lo curioso
es que este no es un caso excepcional.
De la
ayudantía han salido Diego Alberto Hernández Gutiérrez, hoy responsable del
programa Becas Elisa Acuña de la SEP; también Paloma Rachel Aguilar Correa y
Javier Portugal Dorantes, que ahora laboran el SAT, y cómo olvidar a Ángel
Carrizales López en la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente y a Alejandro
Antonio Calderón Alipi, flamante coordinador de Abastecimiento y Distribución
de Medicamento. Y para rematar: Carlos Sánchez Meneses, a quien pusieron como
coordinador de Infraestructura hospitalaria. El gobierno lopezobradorista
encontró a la gallina de los huevos de oro de funcionarios públicos idóneos
para un trabajo, sobre el cual no tienen ninguna preparación. Bien pagados, por
supuesto, con sueldos en algunos casos de más de 100 mil pesos.
Por eso es
que cuando le preguntan a Pancho López, el filósofo de la Atenas veracruzana,
sobre la posibilidad de que a la torre de Rectoría, llegue por la vía de la
imposición o el tradicional “dedazo” es que responde: “en el gobierno de la
Cuarta Transformación -que se supone es del cambio- todo puede suceder.”
Aunque
habría que ver cuál es la reacción de la comunidad universitaria toda,
estudiantes, maestros, investigadores, trabajadores en general, si se permite
la llegada de un arribista extraído de las filas partidistas de MORENA.
Se supone
que ahora ya son otros tiempos, pero los métodos de imposición a toda costa, de
los ungidos por MORENA, son los mismos de hace años.
Habría que
recordar, en los tiempos del gobernador Rafael Murillo Vidal, cuando el todo
poderoso de entonces el subsecretario de gobierno Manuel Carbonell de la Hoz,
vetó al mismísimo secretario particular del gobernador Rafael Murillo Vidal, el
porteño Juan Maldonado Pereda, quien venía de ser rector de la Universidad
Juárez de Tabasco.
Maldonado
Pereda no pudo llegar a la loma de rectoría, en lo que se tardó en viajar del
palacio de gobierno a la zona de la UV, porque se lo impidieron los famosos
grupos de choque estudiantil, que obviamente estaban patrocinados y enviados
desde la subsecretaría de gobierno.
En ese
entonces el Rector de la UV era el doctor Rafael Velasco (1971-1973), quien
alguna vez declaró que le temblaba la mano, cada vez que tenía que firmar un
cheque para los dirigentes “estudiantiles” y como es sabido, finalmente lo
sustituyó Roberto Bravo Garzón (1973-1980).
En el tema
de las imposiciones de funcionarios, a Manuel Carbonell de la Hoz también le
aplicarían el veto, pero desde la entonces todo poderosa Secretaría de
Gobernación, cuando ya estaba echando las campanas al vuelo para iniciar
campaña, como candidato del PRI a gobernador del estado, el tuxpeño-veracruzano
don Jesús Reyes Heroles, le bastó una famosa declaración a ocho columnas en el
periódico Excelsior de Julio Scherer: “Yo como veracruzano, no he votado por
el” y ahí se acabó todo.
Ahora
tendría que ser la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, la que ante
el intento de dar un madruguete para llegar a la silla de la rectoría, por
quienes no cumplan los requisitos establecidos en la ley -hasta el momento, falta
que los vayan a cambiar también- es la instancia que puede decir: “nosotros
como autoridad, no hemos votado por él”.