La pesadilla cotidiana
Pedro Peñaloza
Demorar la justicia es injusticia
Walter Savage Landor
- La economía del crimen. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (Envipe) 2018, el costo total por la inseguridad y el delito en México durante 2017 fue de casi 300 mil millones de pesos, cifra que equivale a 1.65% del PIB. Este gasto es el más alto desde que se comenzó a aplicar la Envipe.
Asimismo, dicho instituto, reveló que 25.4 millones de personas fueron víctimas de algún delito, entre ellos, robo de vehículo, de casa habitación, asaltos en la calle, secuestros, lesiones y delitos sexuales. En comparación con el 2016 el número de ciudadanos que sufrieron alguno de estas agresiones aumentó 1.2 millones en el año de estudio.
Por tipo de delito, el más cometido en el periodo referido fue el robo, asalto en calle o transporte público, el cual tuvo un aumento de 28.1% respecto a 2016, A éste le siguieron extorsión, fraude, robo total o parcial de vehículo y amenazas verbales.
- Impunidad y desconfianza: un binomio que crece. El estudio calcula la cifra negra, es decir, los delitos que no se denunciaron, el cual ascendió en 2017 a 93.2%. En el mismo sentido, del 6.8% de los delitos que sí se denunciaron, en 55.9% de los casos, los Ministerios Públicos no dieron ningún resultado, mientras que en 21.3% el asunto sigue en “tramite”.
En la desagregación por estados, encontramos que: el Estado de México fue la entidad con mayor número de víctimas, con una cifra de 46 mil 705; en segundo lugar, se encuentra la Ciudad de México con 43 mil, con un registro 20% mayor a la del año pasado; y, en tercer lugar, Baja California Norte con 36 mil 538. Por género, los hombres, en lo individual, son quienes sufren más de crímenes. En la socialización del miedo, el crecimiento de la criminalidad y sus violencias, tuvieron efectos el estilo de vida de muchas familias: el 60% de los encuestados dejó de usar joyas, 70% ya no permite salir a sus hijos menores de edad y el 52% ya no sale de noche.
Epílogo. Como se observa, el panorama de las violencias y el delito tiende a agravarse. Para encarar, con posibilidades de éxito, esta peligrosa tendencia se requiere de un gobierno que ponga en práctica un conjunto de políticas públicas de carácter transversal y multidisciplinario que ataquen los orígenes estructurales, multifactoriales y sistémicos que son los detonantes de acciones violentas e ilegales. Hasta ahora, no hay señales de que AMLO las tenga en sus prioridades. Lo sabremos muy pronto.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz