LA REFORMA A LA PROPIEDAD PRIVADA
LA REFORMA A LA PROPIEDAD PRIVADA
· Toda
la propiedad privada en el país pasa a ser del estado
· El
gobierno retiene el dominio pleno de terrenos, casas, edificios
· La
propiedad pasa al gobierno y este te permite vender tu concesión
Por Miguel Ángel Cristiani G.
La atención de la opinión pública se ha
estado enfocando hacia la llamada Reforma del Poder Judicial sobre la elección
de jueces mediante elección popular, pero un tema que seguramente habrá de ser
mucho más polémico, es el de la reforma a la propiedad privada, que se ha
manejado en redes sociales también se habrá de proponer en la próxima
legislatura federal.
En un audio que está circulando se
escucha la que parece ser la voz de Mario Delgado presidente de Morena y
futuro secretario de educación, quien en una entrevista radiofónica afirma:
“Claro, el punto es que no seguirás
teniendo tus concesiones como antes.
Lo que poseías antes de la nueva
constitución seguirá siendo tuyo.
No, en realidad no seguirá siendo tuyo
porque se ha transformado de propiedad privada a una concesión reconocida por
el estado, la cual puedes vender, pero sigue siendo una concesión ya que toda
la propiedad privada del país pasa a ser del estado.
Todo lo que invertiste en tu casa, la
concesión no equivale a una propiedad. Cuando posees una propiedad, ejerces
legalmente el dominio sobre ella, tanto que pagas un impuesto por la traslación
de dominio, es decir, pagas por transferir la propiedad a otro nombre.
Con la nueva propuesta monetaria,
desaparece la traslación de dominio porque el gobierno retiene el dominio pleno
de terrenos, casas, edificios.
La nueva constitución establece que
tendrás una concesión, no la propiedad.
La propiedad pasa al gobierno y este te
permite vender tu concesión.
El gobierno autorizará esa venta y la
nueva constitución indica que puedes acordar el precio con el comprador, pero
recuerda, son concesiones y pueden ser revocadas.”
Ese proyecto de reforma constitucional
en realidad es una amenaza a la propiedad privada.
La reciente iniciativa de reforma a la
Constitución en materia de propiedad privada pone en riesgo todo lo que hemos
construido y logrado a través del esfuerzo y el trabajo duro.
Esta reforma busca socavar los pilares
de la propiedad privada, uno de los principios más básicos de una sociedad
libre y próspera. Si se aprueba, podríamos ver cómo nuestros derechos sobre
nuestras propias casas y bienes se ven gravemente disminuidos o incluso
eliminados por completo.
Debemos estar alerta y bien informados
sobre los peligros que entraña esta reforma constitucional. No podemos
permanecer pasivos mientras nuestros derechos son amenazados.
Debemos hacer oír nuestra voz y
participar activamente en este debate crucial.
Informémonos, para frenar esta
iniciativa que pone en riesgo todo lo que hemos construido con tanto esfuerzo.
Nuestras casas, nuestros ahorros y nuestro futuro están en juego. ¡No podemos
permitir que se nos arrebate la propiedad privada!
La iniciativa de reforma constitucional
pretende eliminar gradualmente la propiedad privada en favor de un sistema de
«propiedad social». Esto significaría que el Estado tendría un
control cada vez mayor sobre los bienes inmuebles y los recursos productivos,
limitando significativamente los derechos de los ciudadanos como propietarios.
Algunas de las medidas clave que se han
propuesto incluyen:
· Restricciones más severas
sobre la compra, venta y herencia de propiedades.
· Mayores impuestos y
gravámenes sobre la propiedad privada.
· Expropiaciones y
nacionalizaciones de empresas y bienes raíces bajo el argumento del
«interés social».
· Limitaciones en el uso y
disposición de las propiedades, con mayor injerencia estatal.
· Redistribución forzosa de
propiedades y recursos hacia programas de «vivienda social».
Estas medidas socavarían los cimientos
de la propiedad privada, pilar fundamental de una economía de mercado y una
sociedad próspera. Sin la seguridad de poder disfrutar plenamente de los frutos
de nuestro trabajo y esfuerzo, perderíamos gran parte de nuestra libertad
individual y la capacidad de planificar nuestro futuro con certeza.
Además, la eliminación de la propiedad
privada tendría graves consecuencias económicas, como la disminución de la
inversión, la reducción de la productividad y el empobrecimiento general de la
población. Nuestro derecho a decidir sobre nuestros bienes y propiedades sería
severamente limitado.
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