LA REPÚBLICA EN LLAMAS;
LA REPÚBLICA EN LLAMAS; AMLO PERDIÓ EL CONTROL… Y LA RAZÓN
Por Edgar Hernández*
México
ha tenido malos, muy malos presidentes, pero nada comparable al actual.
A lo
largo de la historia hemos vivido y padecido genocidas como Gustavo Díaz Ordaz,
populistas asesinos como Luis Echeverría, frívolos y corruptos como José López
Portillo, desquiciados por el poder y dinero como Carlos Salinas, a irascibles en
su lucha contra los Carteles como Felipe Calderón y raterazos como Enrique Peña
Nieto, pero nada comparable con López Obrador.
Hemos
tenido traidores a la patria. También quienes buscan el perpetuamiento a través
de la reelección, vendepatrias, incluso quienes trajeron a un emperador a
gobernarnos… pero nada comparable con López Obrador.
En
la víspera del cuarto año del malhadado gobierno de la llamada Cuarta
Trasformación –donde AMLO, enloquecido de poder, busca colocarse a lado de la
triada Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas- el saldo es deplorable.
Hoy,
México literalmente está en llamas.
Salvo
las guerras de Independencia y la Revolución la república no había presenciado
estallidos de tal magnitud como los que hemos vivido en los últimos años
recrudecidos en la última semana.
Hechos
violentos en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California; muertes de
ciudadanos en total indefensión y la quema de una veintena de OXXos, coloca a
México como uno de los más violentos del mundo.
Simplemente
se perdió la capacidad de gobernar al tomar carta de naturalización la inseguridad,
la violencia, los homicidios y los feminicidios.
Ello
sumado a la crisis económica, aumento de la pobreza, carencia de seguridad
social y médica, saqueo de las arcas públicas de parte de los morenos, el
fracaso de los grandes proyectos nacionales –El aeropuerto Felipe Ángeles, Dos
Bocas y el depredador Tren Maya- y la corrupción y escándalos familiares por
abuso de dinero público y poder, han provocado que el país vaya en picada.
Retomando.
Del
México independiente para acá y salvo los hechos armados arriba citados, no hay
registro histórico de tanto caos social, de tantas muertes.
Hasta
el pasado julio rebasamos los 122 mil asesinatos, 155 periodistas caídos baja
las balas criminales, 22 alcaldes muertos y miles de enemigos políticos siguen
en prisión del 2018 a la fecha.
México
está igual que Nicaragua que bajo el mandato de Daniel Ortega toda oposición,
iglesia incluida, es exterminada; México va que vuela para la cubanización para
dejarla solo con pobres que votan y obedecen como zombies.
Somos
un remedo de Venezuela en donde ya se observa a la gente ir a las centrales de
abasto, tianguis y mercados a recoger de los botes de basura comida.
Aun
así, López Obrador no se conduele, es inexplicable su ira.
Bien
hace Dante Delgado al parafrasea a Owen cuando se refiere al presidente de
México como un enfermo de poder cuyos síntomas son: narcisismos, frivolidad,
vanidad, grandilocuencia, absolutismo, autoelogio, pedantería, omnipotencia,
megalomanía, arrogancia, impulsividad, aislamiento, obstinación e
incompetencia.
AMLO,
es un solitario de Palacio rumiando rencor, con permanente sed de venganza; es
un aséptico a la crítica que cada día que pasa consulta el diccionario de
sinónimos en busca de nuevos adjetivos para combatir a periodistas y
opositores.
Es
el que no ve ni oye. Quien no escucha razones. El presidente irritable que toma
las más importantes decisiones del país con el hígado.
Hoy
desdeña lo que pasa en las dos terceras partes de la republica sin considerar
la pérdida de vidas y destrucción del patrimonio comercial de la ciudadanía
bases del equilibrio y paz social.
Es
el presidente que traiciona a la patria al entregar a la Guardia Nacional a
Sedena olvidando que esa misma guardia está ligada al crimen organizado y que
su fracaso de origen estuvo en que fue creada cuando ordenó el desmantelamiento
de la Policía Nacional.
Hoy,
una disputa entre criminales, que se está convirtiendo en eterna entre el
Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa, toma dimensión
nacional.
El país vive el caos total.
Colima
está en alerta permanente, la violencia se generalizó en Michoacán, las cámaras
de comercio exigen blindar al estado para que no se repliquen los ataques y la
propia Guardia Nacional se muestra incapaz al quedar parte de sus elementos
como rehenes de los rabiosos grupos delincuenciales retenidos a cambio que
suelten a un centenar de criminales en Uruapan.
En
Veracruz la zozobra no para, Oaxaca al igual que Quintana Roo son manejados por
los delincuentes al igual que sus centros vacacionales y en la ciudad de México,
en al menos tres alcaldías hay presencia criminal.
México
está patas´parriba mientras López Obrador cual Nerón, que mandó a incendiar Roma la noche del 18 de julio del año
64 D.C. para construir un palacio suntuoso, solo observa.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo