LA RESISTENCIA DE LOS OTROS 43
LA RESISTENCIA DE LOS OTROS 43
Francisco Ortiz
Agencia Reforma
Ciudad de México 8 septiembre 2024.- Como con los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, otra vez el 43 asociado a la resistencia: la de los 43 senadores de Oposición que se han comprometido a no rajarse para frenar, con su voto, la madre de todas las reformas: la del Poder Judicial.
Si no se rajan, los 43 parlamentarios de Oposición –22 del PAN, 16 del PRI y 5 de MC– pueden impedir que los senadores de Morena y sus aliados del PT y PVEM pongan el moño al «regalo» prometido al líder moral de la 4T, Andrés Manuel López Obrador.
Uno de los 43 senadores, el campechano Daniel Barreda (MC), se hizo el remolón y fue el último en cantar, apenas el jueves, su rechazo a la reforma.
«¡Gracias senador, Daniel Barreda! Su voto es en favor de la patria. Con el compromiso de los 43 senadores opositores, la Reforma Judicial NO pasará», celebraba Guadalupe Acosta Naranjo, la cara más visible del Frente Cívico Nacional.
Este domingo, a las 13 horas, las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos del Senado sesionarán para dictaminar la minuta de la reforma aprobada en horas de la madrugada del miércoles en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca.
Sin el menor pudor, Morena y sus aliados hacían ostentación de la «sobrerrepresentación» que generosamente les habían concedido parte de los consejeros del INE y parte de los Magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La aplanadora de la 4T sorteó el escollo que representaban los diputados opositores apretujados en el gimnasio de la Magdalena Mixhuca y entregaban la estafeta a los correligionarios del Senado, donde el viernes aún batallaban para arañar la mayoría calificada de 86 votos.
Socarrón, el pastor de los senadores de Morena, el tabasqueño Adán Augusto López Hernández, traía a escena la figura de Pitágoras para provocar desconcierto al sostener que la mayoría calificada estaba a la vista con 85 en vez de 86 escaños. Con sus aliados del PT y del Verde Ecologista, la bancada del partido en el Gobierno sumaba 85 escaños hasta el viernes.
«¡Que nadie se raje!», jaleaba la Marea Rosa en horas de incertidumbre.
El escepticismo, en todo caso, impregna el ambiente: nadie puede descartar que se aparezca un «Judas» entre los 43 de la Oposición que traicione las expectativas de quienes ven en la reforma el asalto definitivo al Poder Judicial.
Morena se desentendía de la inusitada movilización de aguerridos estudiantes y trabajadores del Poder Judicial en las calles de la CDMX en contra de la reforma y urdía sus planes para aprobarla. La batalla se avecina en un horizonte en el que se insinúan nubarrones y tormentas.
«Estamos sobrados, por encima de los dos tercios (de escaños para alcanzar la mayoría calificada)», se ufabana el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña.La pepena de Morena «Desde hace tiempo me estuvieron buscando… Ya sabes: ‘Yo te hago candidato’. Ya sabes. Me lo insinuaron, pero la verdad es que yo sí les puse un paro desde el primer momento».
Es el testimonio de un senador de las filas opositoras que pintó su raya cuando un operador de Morena le propuso que «jalara con el movimiento» para respaldar la reforma al Poder Judicial.
Morena comenzó a fraguar el asalto al Poder Judicial desde el apabullante triunfo en las urnas del 2 de junio: 36 millones de votos en las alforjas de Claudia Sheinbaum.
Ese 2 de junio aportó para el Movimiento Regeneración Nacional, simultáneamente, una mayoría calificada en la Cámara de Diputados y 83 escaños en el Senado, que el árbitro electoral y una mayoría de Magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral habrían de convalidar después con otro engranaje del asalto: la polémica sobrerrepresentación de curules asignadas a Morena.
La línea ya la había trazado el líder moral del movimiento, Andrés Manuel López Obrador, el 5 de febrero en Querétaro, cuando sobrevino el primer desencuentro con la Ministra presidenta, Norma Piña.
Ese día, el tabasqueño anunciaba el polémico Plan C, un paquetazo de 18 reformas que incluía una reforma al aparato judicial con un controvertidísimo punto: la elección de jueces, ministros y magistrados por voto popular.
Los planes se aceleraron después de que los consejeros electorales del INE, primero, y, después, parte de los seis Magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral, entregaran con un reluciente moño su visto bueno a la sobrerrepresentación.
Era la hora de la pepena para Morena. Había que echar mano de todos los recursos para jalar al mayor número posible de senadores de Oposición, engrosar la bancada del movimiento y poder arañar la preciada mayoría calificada: 86 de los 128 escaños.
Con los senadores aliados del PT y del Verde Ecologista, los números definitivos dejaron para Morena 83 escaños: les hacían falta tres para poder empujar la aprobación de la reforma.
Y llegó el 20 de agosto: la apertura del registro de los nuevos parlamentarios en el Senado. En sigilo, dos de ellos se acreditaron y trataron de pasar desapercibidos, dejando de manifiesto, de hecho, que ya estaban con «el movimiento».
La Oposición perdía dos escaños en un santiamén: el ganadero tabasqueño José Sabino –le dicen «El Chavo»– y la michoacana Araceli Saucedo, los únicos perredistas que obtuvieron sendos escaños…, y que terminaron por ser crucificados por la opinión pública: de «traidores» y «Judas» no los bajaron.
Una versión recogida en la Cámara de Senadores refiere que Morena habría ofrecido a Araceli Saucedo la candidatura de Morena al Gobierno de Michoacán para la próxima elección.
A mediados de la semana pasada, en un hotel cercano a Perisur, los dos «Judas» fueron recibidos como héroes por la bancada morenista poco antes de que la Presidenta electa Claudia Sheinbaum tuviese un primer acercamiento con sus correligionarios.
Araceli Saucedo y «El Chavo» fueron premiados con la presidencia de sendas comisiones legislativas.’Si votamos en contra, la reforma no pasa’ «Sí hay un problema brutal de injusticia en el País: la injusticia en México sí está colapsada», diagnostica el senador y ex candidato presidencial panista Ricardo Anaya.
«Al año se cometen entre 27 y 30 millones de delitos, y de esos delitos que se cometen, en el 99 por ciento de los casos el delincuente se sale con la suya. De ese tamaño es el colapso del sistema de justicia, y por lo tanto, es evidente que el País necesita una profunda reforma al sistema de justicia».
En opinión de Anaya, «el problema es que la medicina que está proponiendo Morena no sirve para curar esa enfermedad: al contrario, la va a agravar. Muchos críticos, lamentablemente –y de buena fe– mordieron el anzuelo de la mañanera: se me figura el Presidente de la República como el mago que mueve la mano derecha para captar tu atención, cuando en realidad el truco lo está haciendo con la izquierda.
«Con la mano derecha planteó el falso dilema: ¿quieres que el pueblo elija a los jueces? ¿O quieres que los políticos corruptos elijan a los jueces? Cuando la verdadera trampa, no está en el discurso de la mañanera. Está en el dictamen: si tú lees con atención, esas 284 cuartillas del dictamen saltan a la vista: son evidentes las trampas y cochupos del mago de Morena: ellos se quedan con el control total y absoluto de quiénes van a aparecer en la boleta».
Anaya sostiene que «el asalto al Poder Judicial» puede ser frenado si entre los 43 senadores opositores no deserta en calidad de «Judas». Esta reforma, acusa, «está diseñada para que el Gobierno tome por asalto el Poder Judicial. Desde de un ánimo de venganza para que nunca más un Juez de Distrito, un Ministro de la Corte o un Magistrado de Circuito se atreva a dictar una sentencia en contra de los deseos del Gobierno».
Ex dirigente de Acción Nacional, el queretano advierte que Morena aún no cuenta con la mayoría calificada para poder aprobar la reforma al Poder Judicial.
«Si los 43 senadores que no militamos en el oficialismo votamos en contra, entonces, la reforma no pasa. Mi llamado es a que la opinión pública ponga la lupa en cada uno de esos 43, por que aquí la pregunta es ¿quién va a ser el Judas que se venda por unas monedas?
«Venderse por una monedas, es, por supuesto, pasarse a Morena, pero venderse por unas monedas, es no asistir a la sesión, porque con uno que ‘se enferme’, con uno que ‘se accidente’, entonces, la consecuencia es que Morena habría alcanzado la mayoría calificada.
La batalla es, entonces, impedir que tomen el control total y absoluto del Poder Judicial».Un democratómetro para vigilar En un lance que para algunos observadores dejaba al descubierto que Morena no tenía aún los 86 escaños, el jefe de la bancada mayoritaria, Adán Augusto López Hernández, insinuó que la mayoría calificada se alcanzaba con 85 asientos, «si es que Pitágoras no nos falla».
Si con sus protestas y bloqueos los aguerridos estudiantes de Derecho y los trabajadores del Poder Judicial forzaron a los diputados federales a sesionar en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, un segmento de la opinión pública –señaladamente las agrupaciones de la Marea Rosa– amenazó a los 43 senadores de Oposición.
Con un «Democrátometro» y la consigna «Que nadie se raje», la agrupación Unid@s urgía a los 43 a manifestarse de manera inequívoca en contra de la reforma.
Hasta las 14:00 horas del jueves 5 de septiembre, 42 senadores ya tenían la palomita verde y sólo hacía falta uno más: el campechano Daniel Barreda, de Movimiento Ciudadano, secretario particular de Eliseo Fernández, ex candidato a la Gubernatura de Campeche, perseguido ahora por la Gobernadora Layda Sansores.
«Claro que necesitamos una reforma, pero hay que leerla, hay que estudiarla: no nada más es votar en contra y por eso me reservé el tiempo, pero hoy quiero decirles que después de haberla leído, mi voto va a ser totalmente en contra», anunciaba finalmente Barreda, a las afueras de la antigua sede de Xicoténcatl –donde iba a sesionar el Senado–, rodeado por los otros cuatro miembros de la bancada naranja: Clemente Castañeda, Amalia García, Luis Donaldo Colosio y Alejandra Barrales.
Cerrada la sede de Insurgentes y Paseo de la Reforma a causa de bloqueos de estudiantes y trabajadores del PJ, los priistas se introdujeron al pleno para dejar patente su rechazo a la reforma.
En mangas de camisa, el dirigente tricolor, Alejandro «Alito» Moreno, advertía que la bancada defendería «la democracia y el Poder Judicial. Estamos con los trabajadores, todo el sistema judicial, con los estudiantes. Y los 15 senadores vamos a votar en contra de esta reforma».
Desde la camilla de un hospital en Saltillo, Coahuila, donde convalecía de una arritmia, el ex Gobernador y senador priista Miguel Riquelme explicó que esperaba poder pasar lista en la sesión del pleno. «Quisiera dejar en claro que mi voto será en contra», recalcó.
Aunque expulsado de la bancada priista –pero todavía con «un ADN tricolor»–, el senador sonorense Manlio Fabio Beltrones también se vio obligado a ratificar que votaría en contra:
«En los últimos días he recibido diversos mensajes en los que piden confirme mi postura respecto a la reforma al Poder Judicial, la cual no tiene el consenso que necesita una modificación de esa naturaleza.
«Reafirmo mi convencimiento total de que ésta no es la reforma que México necesita. Siempre he sostenido que hay que fortalecer a las instituciones, no debilitarlas, por lo que reitero que, en su momento, asistiré a la sesión en donde se discuta y votaré en contra», prometió el sonorense en sus redes sociales.
A media semana, la bancada del PAN ya había tomado la iniciativa y, micrófono en mano, cada uno de los 22 senadores que la componen cantaba su rechazo a la reforma y prometía que asistiría a la sesión.
En medio de la incertidumbre, el Frente Cívico Nacional (FCN) confirmaba la marcha prevista para este mismo domingo, del Ángel de la Independencia al Senado de la República.
Organizador de esa movilización, el ex senador Emilio Álvarez Icaza explicó que el Frente estaba «a la expectativa» de que pudiera confirmarse el voto en contra de los 43 opositores en el Senado.
«Si se logra consolidar (el rechazo a la reforma), va a tener una expresión de apoyo muy importante este bloque de senadores. En ese entendido, preocupa el cinismo de Adán Augusto, de ahora querer cambiar hasta las matemáticas: no les da el fraude de la sobrerrepresentación, y ahora hasta quieren cambiar la matemática. Las expresiones de Adán Augusto lo que reflejan es que no tienen los votos, aunque tampoco los tuvieron para la sobrerrepresentación».
Álvarez Icaza dijo que ese «querer ganar a todo costa, es lo que nos moviliza el domingo, no sólo para apoyar a este bloque de senadores de Oposición, sino para refrendar la resistencia democrática en defensa de la República y de la justicia».
Emilio Álvarez revelaría que el Frente Cívico Nacional entró en contacto con los estudiantes y trabajadores del PJ que se oponen a la reforma para plantearles que sus contingentes abran la marcha del domingo.
Con otra perspectiva, el senador morenista Saúl Monreal se posicionaba: «Yo veo una gran oportunidad: se va a sentar un precedente en el mundo. México va a ser el primer país que tenga la modalidad de la elección popular de Ministros de la Suprema Corte, Magistrados y Jueces.
«Es una oportunidad y un hecho histórico. Incluso, todos le apostamos a que va a estar muy bien, que le va a ir bien al País. Y todo lo que la Oposición está diciendo –que violenta el equilibrio de Poderes– es falso. Al contrario: es algo que va a fortalecer la autonomía del Poder Judicial, ese es el tema de fondo. ¡Ve el actuar indebido de los jueces! Para eso es la sustitución del Consejo de la Judicatura Federal».
Hermano del ahora diputado federal Ricardo Monreal, el zacatecano reconoce que «la narrativa ha sido por el tema del voto popular, aunque la reforma debe analizarse de forma completa, toda, porque es importante y es una reforma integral y profunda. Ahorita se tiene que informar bien a toda la ciudadanía. A mí me da mucha tristeza que en este momento se haya nada más enfocado en el tema del voto popular, y no se analice toda, toda la reforma. Tendremos que dar el debate, tendremos que estar allí, informando y sobre todo, defender esta posición».