OpiniónPedro Peñaloza

LA RUTA AUTORITARIA

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LA RUTA AUTORITARIA

El futuro no es ya lo que solía ser.

Arthur Clarke

 Pedro Peñaloza

 El país está atravesando por múltiples batallas. La sangrienta inseguridad, el grave militarismo, la exhibición de los secretos y planes militares por el hackeo del grupo Guacamaya, sin olvidar, por supuesto, la imparable carestía que afecta a los segmentos más pobres y a las clases medias proletarizadas. Ante estos hechos, se observa a un presidente prisionero de las fuerzas del crimen organizado, del nuevo poder militar y de un sector de la burguesía, dueños de grandes cadenas productoras y comerciales, imparables en sus abusos, especulación y altos costos.

Quizá, López Obrador teme confrontarlos. Es público y están documentados los acuerdos y concesiones que les otorga a las clases dominantes. El territorio nacional es escenario de fracturas sociales y él insiste en excomulgar y profetizar. Dicta seminarios matutinos de motivación personal y de catarsis para su grey. Repite frases superficiales y le pide al individuo, que se ostenta y cobra como vocero, que le proyecte una cifra, una frase o una canción. Así transcurren las mañanas y los días con un presidente que no dialoga ni discute con nadie. Los otros poderes únicamente existen cuando les ordena que actúen. En su galaxia sólo habitan abyecciones y obediencia. Por ello, “renuncian” sus colaboradores y no dicen los motivos (como antes). La amenaza de un posible delito los enmudece.

AMLO vive y se reproduce de la debilidad de los demás. Por eso inventó la sucesión adelantada, para tener a sus corcholatas lamiendo las suelas de sus zapatos y ostentar su poder. Juega con la dignidad de ese trío e inventa una narrativa de posibles encuestas para que los suspirantes se confronten entre ellos y él se divierta. Ordena que una golpeadora ataque a Monreal para adelantar la ruptura y que su paisano-hermano haga una gira para repartir estiércol.

Lo que sigue para confirmar la continuidad, y posiblemente el maximato, es construir un Instituto Electoral que domine López Obrador y sus acólitos. Quizá lo logre. Tiene ya en la bolsa a los diputados y algunos senadores del PRI, y un puñado del PRD, todos sometidos bajo la amenaza de la cárcel o algún mendrugo.

La ruta electoral construida desde Palacio Nacional va muy bien. López Obrador tiene todo el poder, gesticula y consulta con su espejo. En tanto, la cúpula militar, además de contar su dinero, espía y pacta con el narco. Los empresarios, por su parte, viven su luna de miel, acumulando ganancias con el país en llamas. Por lo pronto, no debemos bajar la guardia frente a ésta pandilla de autoritarios.

@pedro_penaloz