LA SONRIENTE DESVERGÜENZA
LA SONRIENTE DESVERGÜENZA
Por Martín Quitano
Martínez
“normalización de la desvergüenza”… La
desvergüenza propicia una nueva normalidad en la que no se ve
como algo escandaloso mentir o
sacar conclusiones precipitadas sin prestar atención a la evidencia disponible.
(Wodak, R. (2019).
Casi 6 años después de
gobierno y ante hechos irrefutables que lo contradicen, es difícil entender
cómo puede sostenerse un discurso como el que mantiene el presidente,
estableciendo como única garantía su “inmaculada” condición de ser diferente,
de ser distinto a los “anteriores”, aunque en realidad es falso. Solamente se
trata de una consigna política que concitó la esperanza de millones y le dio
una renta electoral que le permitió catalizar el hartazgo contra ejercicios
políticos y públicos llenos de arbitrariedad e impunidad.
La capacidad de comunicar y
mantener esa “realidad” alterna de cosas buenas, encuentra cobijo en la genuina
confianza de amplios sectores sociales, alimentada desde la simulación y la
desfachatez de la estructura de las élites del “movimiento”, que no es un
partido en cuanto a vida orgánica, sino una franquicia política exitosa que
modela un ente político a partir de un liderazgo personalizado con visión
autocrática. Este liderazgo tiene la potestad
de generar dádivas, establecer protecciones y perdonar “errorcillos”, obvio
mediante la jura de obediencia ciega y lealtad total al proyecto de una llamada
“transformación” que nace de la idea del supremo líder, contra la que no puede
atentarse, ni moverle una coma.
Aquella “transformación”
ofrecida, daría paso a la única y verdadera revolución de las conciencias bajo
las premisas de “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo” y “por el bien
de todos, primero los pobres”. Esas reivindicaciones ante los malos gobiernos
que les antecedieron, sujetarían además, en el marco de la violencia y la
inseguridad la “estrategia de abrazos, no balazos”, junto con la apuesta por la
“soberanía energética” que pretendía comprar y hacer refinerías que supuestamente
nos darían un nivel de autosuficiencia histórico.
Es este apartado de la “soberanía
energética”, la figura que rompe con mayor fuerza la retórica que suponía ser
uno de los pilares de la esperanza obradorista, según los datos hasta ahora
expuestos. La construcción de la refinería de Dos Bocas, enfocada como El Proyecto de trascendencia histórica,
resguardo de la visión patriotera y nacionalista del obradorismo; una carísima
apuesta retrógrada frente al compromiso mundial hacia las energías limpias.
Es Dos Bocas, un ejercicio que
muestra con descarnado realismo la simulación y el cinismo gubernamental; la retórica
oficial sostenida con mentiras o medias verdades. Una refinería hecha de la
ocurrencia, sin la debida planeación, con un manoseo desvergonzado -como
prácticamente todas las obras y acciones de este gobierno-, sobre la base de
los intereses personales. El emblema sustantivo del arribo al olimpo de los
héroes que nos dieron patria, ha resultado ser un oscuro hoyo negro donde
desaparecen miles de millones de pesos del erario público con una inversión
casi tres veces mayor a la presupuestada. Un proyecto donde se roba, se miente
y se traiciona.
La refinería de Dos Bocas varias
veces inaugurada, no es un referente de eficiencia y capacidad de su
responsable directa Rocío Nahle, pues nada tiene de presumirse. Ahora es
ejemplo de las trapacerías y de la hipocresía de una administración que solapa y
protege a sus leales, que se solaza en la palabrería de un presidente sonriente
y soberbio que presume que todo le está permitido, veremos cuál es la
valoración ciudadana este 2 de junio.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
En el Día Internacional del Libro 2024, México cada vez lee
y comprende menos.
X: @mquim1962