LA TOMA DEL PODER JUDICIAL
LA TOMA DEL PODER JUDICIAL
Pedro Peñaloza
La intolerancia, la estupidez y el fanatismo
pueden combatirse por separado,
pero cuando se juntan, no hay esperanza.
Albert Camus
El juego de espejos es para
incautos o para dogmáticos creyentes de la pureza de los dueños de Morena. De
poco han valido las palabras conciliadoras de Claudia Sheinbaum ante el
avasallante discurso del aún inquilino de Palacio.
Una transición es: un gobierno
que no termina por irse y otro que no llega. Este periodo es una prueba, donde
un hombre mesiánico intenta imponer el camino a la nueva presidenta. AMLO no va
a dejar pasar la oportunidad de tener la mayoría calificada durante un mes,
presionando para que se aprueben sus últimos caprichos y venganzas.
La realidad que hoy enfrenta la
virtual ganadora es compleja, tiene que marcar diferencia con López Obrador
impulsando su visión y a la vez lidiar con las iniciativas que AMLO anunció el
5 de febrero, esto marcará su fortaleza o fragilidad.
La clave está en: ¿cuándo y
cuáles? López Obrador quiere que se apruebe prioritariamente la reforma al
poder judicial antes de que se vaya el primero de octubre. Por cierto, su
método electivo de los ministros y jueces es bastante bizarro. Ya nos
referiremos a ello en otra entrega.
Más allá de lo anterior, que sí
es importante, lo que está en juego es el ejercicio del poder de la próxima
titular del poder ejecutivo. En esta especie de interregno se están exhibiendo
las ambiciones de quien se considera el albacea del triunfo de Sheinbaum y que
no duda en cobrar sus “servicios”.
El fondo también tiene que ver
con la lealtad, sí, todo lo que le debe Sheinbaum a su inventor y, de manera
subyacente, el temor al poderío que tiene AMLO en las huestes morenistas, que
son más obradoristas que claudistas.
Los riesgos ahí están. Dejar
pasar la reforma al poder judicial tal como está diseñada tendrá dos efectos:
el primero, exhibirá la debilidad de la presidenta entrante para el diseño de
su agenda legislativa, aunque las encubra con “sus propuestas de campaña”; dos,
el impacto que tendrá en algunos segmentos del capitalismo especulativo, que
pueden influir en la inversión privada, tan necesaria en una economía
maltrecha, con crecimiento mediocre y con las arcas más que limitadas que deja
el gobierno saliente.
Sí, en efecto, todo indica que en
septiembre veremos cómo la nueva presidenta hace lo que le impone su mentor.
Sabe de su momentánea debilidad. No olvidemos que la élite del poder
legislativo entrante la impuso AMLO. Así, el discurso “dulce” de Claudia se irá
al caño.
@pedro_penaloz