LA ÚLTIMA TRINCHERA
LA ÚLTIMA TRINCHERA
Por Aurelio Contreras Moreno
En un hecho totalmente sin precedentes, el
Poder Judicial de la Federación ha decidido en pleno irse a un paro nacional de
labores en protesta por la inminente imposición de una reforma judicial
absolutamente regresiva, cavernaria y violatoria de derechos humanos.
A primera hora de este lunes, los trabajadores
del Poder Judicial de la Federación iniciaron el paro por su cuenta, cerrando
edificios y oficinas, mientras toda la maquinaria propagandística y política
del régimen se les echó encima para desacreditarlos e intimidarlos, ya que
argumentos no tienen ninguno para justificar el bodrio que se prevé sea
aprobado en comisiones de la Cámara de Diputados la semana entrante.
Encolerizado porque no soporta que se le
contradiga y no parece enterarse de que su tiempo se está acabando, el
presidente Andrés Manuel López Obrador llamó “paleros de la corrupción”
–irónico, viniendo de un mandatario que ama rodearse de serviles y lambiscones-
a los trabajadores del Poder Judicial, cuyos derechos laborales borra de un
plumazo la reforma con la que el obradorato no solo pretende vengarse de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación por no haberse doblado a su voluntad y en
su lugar tirar todas sus reformas inconstitucionales, sino para tomar el
control absoluto de los tres poderes y desaparecer cualquier contrapeso
institucional al Ejecutivo.
Pero no solo los trabajadores se armaron de
valor. La noche de este mismo lunes, tras una consulta a personas juzgadoras del Poder Judicial de la Federación, se resolvió
que jueces y magistrados de todo el país también se van a paro de labores a
partir del primer minuto del miércoles 21 de agosto.
La Asociación Nacional de Magistrados de
Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed), convocante
a esta consulta, dio a conocer que de mil 403 juzgadores, mil 202 votaron en
favor del paro y 201 en contra, por lo cual, y a pesar de las amenazas, el paro
va.
¿Eso va a detener a los trogloditas que en unos
días van a aprobar el dictamen de la iniciativa de reforma judicial y a los
que, en la próxima Legislatura federal, la mayoritearán al más puro estilo
priista de los años 60 o 70? Difícilmente. Han hecho oídos sordos a cualquier
argumento, por más fundamentos que éste tuviese. Los foros celebrados en varias
ciudades del país no fueron más que una burda simulación y una pérdida de
tiempo, pues no escucharon a nadie, más que a sí mismos y sus falaces consignas.
Y es que lo principal aquí es que ésta y
prácticamente todas las reformas con las que el obradorato busca destruir 30
años de transición a la democracia –la cual, aunque no les gusta que se les
mencionen, ayudaron a construir, pero ahora les estorba- no son para mejorar
nada.
La reforma judicial no busca acabar con la
corrupción –real, existente, palpable- en el sistema de justicia del país. Si
ésa fuera realmente su intención, lo que habrían propuesto modificar de fondo
sería a las fiscalías, federal y estatales, que son un agujero negro de
corrupción, mediocridad e ineptitud, y por eso es que sus casos se caen, ya que
prácticamente los sostienen con “salivita”. Y habrían buscado darle verdadera
autonomía a los tribunales locales, que están totalmente sometidos a los
gobiernos estatales.
Pero lo que quieren es precisamente eso, un
Poder Judicial federal sometido. Y qué mejor que con jueces, magistrados y
ministros “elegidos” por el “pueblo”. O sea, por masas que son manejadas con
programas clientelares y a las que si un candidato a diputado les importa un
comino, ¡imagine un candidato a juez!
Si la decisión está tomada, como parece
estarlo, ¿por qué manifestarse, por qué oponer resistencia, por qué presionar a
un régimen autoritario, con el riesgo de la muy posible represalia?
La Jufed lo sintetizó en su comunicado de este
lunes por la noche. “Esta decisión es de vital trascendencia en la defensa de
la autonomía del Poder Judicial de la Federación, pilar de nuestro sistema
democrático y por ello hoy, personas trabajadoras y juzgadoras hemos decidido
defender en unidad la República, la independencia judicial y la división de
poderes para garantizar el futuro de generaciones venideras”.
Están en juego los
derechos, las libertades y la democracia del país. Ésa misma con la que
llegaron al poder y que hoy quieren destrozar, porque en el fondo siempre
quisieron ser y vivir como ésos a los que decían odiar.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras