Especial

La UPAV, en la tablita

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José Ortiz Medina

 

Una de las instituciones creadas durante este sexenio que está en serios problemas y podría tener como destino la desaparición, es la Universidad Popular Autónoma Veracruzana (UPAV).

Creada con la intención de dar una alternativa de educación superior a los veracruzanos ante el exceso de demanda en la Universidad Veracruzana, enfrenta varias grillas internas, las cuales se intensificaron a partir del deceso de su rector fundador, Guillermo Zúñiga Martínez.

Su sucesor, Andrés Blancas, no ha logrado mantener la estabilidad al interior de la institución, y se le acusa de cometer varios actos de represión laboral en diferentes zonas del estado.

Y ya no hablemos de los estudios y títulos que ahí se expiden, cuya validez no está precisamente muy clara.

No sería de extrañar que con la llegada del nuevo gobierno, la permanencia de la UPAV estuviera en entredicho, máxime que en la casa de enfrente, la UV, nunca han visto con buenos ojos a ésta que consideran una competencia desleal y sin calidad académica.

 

EN LOS ÚLTIMOS días ha cobrado fuerza la versión de que la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, podría ser invitada por el próximo gobernador a integrarse a su administración. Concretamente, como secretaria de Educación. La cercanía entre la rectora con Miguel Ángel Yunes fue notoria incluso desde antes de la campaña electoral, y durante la misma el apoyo a la UV para que el actual gobierno le pague lo que le debe fue una de las banderas que asumió el entonces candidato de la alianza PAN-PRD.

Ahora mismo que se debate si es viable o no el otorgamiento del 4 por ciento del presupuesto estatal a la UV, la rectora ha mantenido una posición ambigua, como para no confrontarse con el gobernador electo, quien a su vez se manifestó abiertamente en contra de esa iniciativa. El caso es que dicen que Sarita “ya se vio” al frente de la SEV, puesto que, además, en la UV no las trae todas consigo y no tendría asegurada su reelección el año entrante. ¿Realidad o mera grilla? Ya se verá en los meses por venir.

 

CUANDO PENSAMOS que ya nada puede sorprendernos, los políticos siempre nos demuestran que pueden ser bastante creativos. Resulta que el ex gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés Elías, a quien se investiga por presuntos actos de corrupción durante su mandato, obtuvo un amparo para que ni su sucesora Claudia Pavlovich, ni miembro alguno de su gobierno, puedan mencionar su nombre en entrevistas con medios de comunicación. Padrés realizó esta petición a los juzgados federales basado en el derecho de presunción de inocencia y en el derecho a la información. Así que las autoridades en Sonora sólo pueden hacer referencias indirectas a su persona en torno a las investigaciones que se llevan a cabo en aquella entidad, sin pronunciar su nombre y apellidos. Aquí en Veracruz tendrían muchísima chamba en los juzgados para amparar a todos los “presuntos” corruptos.

 

MIENTRAS EL presidente Enrique Peña Nieto sigue con sus viajes por todo el mundo, aquí en México la aprobación a su desempeño se mantiene en picada. De acuerdo con una encuesta difundida este lunes por el diario El Universal y Buendía&Laredo, sólo el 29 por ciento de la población aprueba su gestión, lo que significa la pérdida de cinco puntos respecto al sondeo publicado por ese mismo periódico en marzo pasado. La nueva encuesta de El Universal señala que quienes reprueban su gestión pasaron del 56 por ciento al 63 por ciento en el mismo periodo. Un dato demoledor es que a la pregunta de qué ha hecho mejor Peña Nieto, el 51 por ciento de los encuestados responde que nada, mientras que el 12 por ciento opina que han sido los programas sociales. Al cuestionamiento de qué es lo peor que ha realizado, señalaron que las reformas estructurales con el 17 por ciento, seguido del combate a la delincuencia con el 9 por ciento; el conflicto magisterial en Oaxaca ocupa el tercer sitio con el 5 por ciento. Otra pregunta realizada por los encuestadores advierte que el 67 por ciento de la población cree que el país va por muy mal camino, lo que significa un crecimiento de 11 puntos respecto a la medición anterior, mientras los que consideran que México va por muy bueno o buen camino pasó de 23 a 16 por ciento.

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