LA VIDA EN ROSA
París, como destino turístico, tiene el monumento más admirado del mundo. Con más de ocho millones de visitantes anuales, la Torre Eiffel, es apreciada desde la estación de Trocadero, o desde la mitad del Sena, o desde el campo Marte, ya sea de día, o ya sea de noche. Exactamente debajo de las enaguas de la torre, hay un estanquillo donde difunden toda la información de referencia.
Ahí te dicen que fue creada en 1889, que tienen cuatro millones de remaches, diez mil toneladas de acero, 324 metros de altura, que en el verano crece dieciocho centímetros, que su construcción fue de dos años, que costó 8 millones de francos, que en tiempo de la guerra, sirvió de antena de radio para interceptar mensajes que ayudaron a los aliados, y otras tantas curiosidades.
Lo más importante en mi opinión, no deja de ser un vituperio de que el más “sácale punta” se equivoca:
Trescientos artistas entre escritores, escultores, arquitectos, los 400 pueblos de aquella época, y todo el magisterio sindicalizado, la calificaron de ADEFESIO, CARENTE DE ESTÉTICA y se manifestaron para detener la construcción, acción que a los DISEÑADORES-CONSTRUCTORES, les causó que se murieran de la risa, y ni se inmutaron por los desdeños de «tanto ignorante atrevido».
El día 31 de marzo, La Ciudad Luz, se viste de más luz, y vive LA VIDA EN ROSA, para festejar el CXXVI aniversario de su inauguración… ¿no qué no?.
Amigos: recuerden que “arriesgarse es perder poco”, no hacerlo es perderlo TODO”. ¡Salud!
¡Ánimo Ingao…!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.
El DJ, le manda este regalazo, ¡está de lujo! (no tiene cuate el Woodie Allen).
