LA VIDA ES…
EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
LA VIDA ES…
Por Ramón Durón Ruíz (†)
Entre las
mujeres que admiro, sin duda alguna está la Madre Teresa de Calcuta, aquella
monja católica que llena de ternura por el prójimo, de una ejemplar solidaridad
y humildad supo dar su amor a los enfermos, huérfanos y pobres.
En 1979
fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, a la vez que fue laureada en la
India en 1980, pero el más grande reconocimiento se lo hacemos miles de seres
humanos, que después de su muerte, seguimos impactados con su ejemplo de
servicio y sabiduría. Cuando ella hablaba de la vida decía:
“La vida
es un desafío… afróntalo; La vida es un don… acéptalo;
La vida es una aventura… ponla a prueba; La vida es una pena… supérala;
La vida es una tragedia… encárala; La vida es un deber, cúmplelo;
La vida es un misterio… desentráñalo; La vida es una canción… interprétala;
La vida es una oportunidad… aprovéchala; La vida es un viaje… efectúalo;
La vida es una promesa… cúmplela; La vida es una belleza… alábala;
La vida es una lucha… empréndela; La vida es una meta… alcánzala;
La vida es un acertijo… resuélvelo; La vida es un juego… diviértete.”1
Y en el
camino de la vida, el viejo Filósofo para divertirse ha aprendido a asimilar la
lección que envía Chabuca Granda, en su canción “La Flor de la Canela”, que
dice: “Recogía la risa, de la brisa del río…”.
Eso es lo
que hago, recoger en cada paso del camino la risa, la alegría, el amor, la
amistad, como manifestaciones de gratitud al Padre, por el prodigio del día de
hoy. La risa y el buen sentido del humor son para mí una reverencia por el
milagro de la salud.
La vida,
al igual que el amor, el humor, la alegría y la risa, están basados en un
principio universal: que recuerdes que eres el eco de todas tus acciones y
pensamientos que te llevan por el camino de ser feliz; serlo, va más allá de
una cuestión de tu destino, en sí mismo es de tu estricta elección personal.
Jugar a
dejar a un lado ser feliz para ir en pos del dinero o el poder, no te va a
funcionar, porque éxito sin paz interior, sin amor y sin felicidad y aún más,
sin que llegue a la gente de tu vida, no es éxito.
La
felicidad no está en un buen trabajo, en un artículo de lujo o en ropa de
marca, sino en la fiesta de la vida, que te llena del entusiasmo que nunca
debes perder, aprovecha cada instante para ir en pos de tus sueños, de tu auto
realización sabiendo que las cosas más trascendentes de tu vida son las más
sencillas.
Cuando te
das permiso de vivir y vibrar con el poder que generan el amor, la alegría, el
humor y la risa, te armonizas con el universo, aprendes a escuchar la voz de tu
alma que tiene un mensaje de paz y serenidad para ti, es cuando tienes la
sabiduría de ejercitar que, muchas veces, andar solo no es soledad, entonces
aprendes a no hacer planes para el mañana, si no tienes la sensibilidad de
vivir el aquí y el ahora a plenitud.
Experimentas
que en cada hombre hay una parte divina, también contemplas la posibilidad de
perdonar, no de labios pa’ fuera, sino de corazón pa’ dentro; pasas de una vida
terrenal, con aciertos y tropiezos, a una vida espiritual llena de plenitud y
grandeza.
Entonces
llega a ti una elevada autoestima, que te conduce a aprovechar tiempo para
orar, “que es estar en Dios y con Dios” cada minuto de tu existencia, para
crecer, aprender y evolucionar física y espiritualmente y con ello saber a
dónde vas.
Te das
cuenta que estás en proceso de evolución, cuando aprovechas el tiempo para que
no caiga como pesada carga en tus hombros y ves lo esencial con los ojos de tu
alma; cuando no tienes miedo de dar un gran salto de fe, –que sea gigante–,
porque sabes que los abismos no se cruzan con pequeños saltos; cuando aprendes
a amarte y respetarte, a creer en ti mismo y a sonreírle a la vida.
En 1904,
Pío Baroja conversaba con su grupo de destacados amigos sobre las distintas
clases de españoles, cuando brillantemente, el novelista vasco sentenció: “La
verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete
pecados capitales: 1. Los que no saben; 2. Los que no quieren saber; 3. Los que
odian el saber; 4. Los que sufren por no saber; 5. Los que aparentan que saben;
6. Los que triunfan sin saber, y 7. Los que viven gracias a que los demás no
saben… Estos últimos, se llaman a sí mismos políticos.”2
- www.mundopoesia.com/foros/poetas-y…/6375-madre-teresa.html
- http://lacomunidad.elpais.com/caloma/2011/4/8/las-siete-clases-espanoles-clasifico-don-pio-baroja