La vieja costumbre de orinarse en la ley
Rúbrica
La vieja costumbre de orinarse en la ley
Por
Aurelio Contreras Moreno
Una de las
principales críticas al viejo régimen priista era su capacidad innata para
trastocar y pervertir a las instituciones, volviéndolas disfuncionales en
beneficio de sus intereses políticos particulares y, obviamente, en perjuicio
del interés colectivo. Algo que en la actualidad ha sido corregido –que no
arreglado- y aumentado por el lopezobradorato.
Los operadores de
Morena –muchos provenientes de ese dinosáurico priismo- han hecho gala en los
últimos tiempos de que lo que bien se aprende jamás se olvida, como el
mayoriteo legislativo sin posibilidad de discusión, las simulaciones jurídicas
y los fraudes a la ley para obtener posiciones políticas inmerecidas.
Y ya en el extremo,
han desplegado un consumado cinismo para violar la ley a luz de día, en abierto
y sin que una débil –si no es que bien “maiceada” oposición- meta siquiera las
manos para al menos protestar por los atropellos que, dicho sea de paso,
algunos muy bien conocen y hasta fueron sus beneficiarios en su momento.
Si hay organismos
que desde su origen han estado en la mira de los políticos son, además de los
electorales, los de transparencia y rendición de cuentas. Por razones nada
difíciles de suponer: que los fiscalicen y los obliguen a entregar información
sobre lo que hacen con los recursos públicos de los que disponen no es lo que
más desee una clase política que, en general, es toda igual de opaca y
corrupta, independientemente de los partidos en los que milite o a los que
salte llegada la ocasión.
Desde que inició el
régimen de la pretendida y mal llamada “cuarta transformación”, ha sido su
intención manifiesta anular el derecho a la información que con un esfuerzo de
muchas décadas por parte de los ciudadanos mexicanos –no de los políticos- se
concretó en leyes e instituciones sobre las que se han soltado furiosas
andanadas con el objetivo de debilitarlas o destruirlas. Como todo lo que toca
la “4t”.
En Veracruz, donde
la división de poderes nunca ha logrado ser efectiva, cada régimen que ha
gobernado en los últimos años –priista, panista y ahora morenista- ha
infiltrado a esas instituciones con operadores e incondicionales cuya función
ha sido proteger los intereses de grupo y hasta personales de quienes les
colocaron ahí, desvirtuándolas y volviéndolas inoperantes hasta cierto punto.
Sin embargo, los
anteriores gobiernos se ocupaban de por lo menos cuidar las formas y no
evidenciarse de la manera tan vulgar como lo hace el morenato gobernante, para
el que orinarse en la legalidad no constituye problema alguno, sino más bien
uno de sus usos y costumbres.
Eso quedó de
manifiesto con la burda simulación llevada a cabo para cubrir una vacante de
comisionado del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección
de Datos Personales (IVAI), el órgano garante del derecho a la información y la
transparencia en la entidad.
Este martes, el
Pleno de la LXV Legislatura del Estado nombró como comisionado a David Agustín
Jiménez Rojas, quien a pesar de no cumplir con los requisitos constitucionales de
elegibilidad ocupará esa posición durante los próximos siete años.
El Artículo 67 de
la Constitución Política de Estado de Veracruz contempla entre los requisitos
de elegibilidad para los consejeros del IVAI “no haber sido candidato a cargo
de elección popular, cuando menos tres años antes de su designación”. Condición
que claramente no cumple Jiménez Rojas, pues fue candidato a diputado
plurinominal local suplente de Morena durante el proceso electoral 2020-2021.
Sí, el proceso que se llevó a cabo este mismo año.
A la par de su
candidatura, David Agustín Jiménez Rojas se desempeñó durante este mismo
proceso como representante de Morena ante la Junta local del Instituto Nacional
Electoral y el Consejo General del Órgano Público Local Electoral.
La militancia de
Jiménez Rojas en el partido oficial que aspira a convertirse en hegemónico no
está a discusión. Como tampoco su filiación al grupo político que actualmente
ejerce el poder en el estado, ya que fue director general del Registro Público
de la Propiedad de la administración de Cuitláhuac García Jiménez.
Con todo y lo
anterior, la LXV Legislatura del Estado –en la cual se han especializado en
quebrantar el orden legal por sistema-, le concedió la dispensa de ley “por
causa justificada”, sin que haya motivación alguna que funde dicha decisión.
¿Con qué autonomía,
independencia de criterio, así como calidad moral y política podrá este sujeto
garantizar el derecho al acceso a la información pública de los veracruzanos
cuando le llegue alguna solicitud que implique divulgar información delicada o
comprometedora del gobierno o del partido del que procede? Exacto. Con ninguna.
Y para eso lo pusieron ahí.
Morena se ha
convertido en una máquina reproductora de las peores prácticas de ese viejo
régimen priista autoritario, vertical, sucio y marrullero. Y con el ingrediente
adicional de presentarse como supuesto “defensor” de “causas justas” y del
“pueblo”, lo que lo vuelve todavía peor, por hipócrita y descarado.
Lo que hay que
“reconocerles” es que ni Duarte era tan hábil para esas “marranadas”.
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