LA VIGENCIA DE LA DEMOCRACIA
LA VIGENCIA DE LA DEMOCRACIA
· Este
año habrá elecciones en más de 70 países
· Este sistema político garantiza
la inclusión de todas las voces, pluralidad de ideas, opciones de gobierno,
libertad de opinión y derechos políticos y civiles, afirman universitarios
Daniel Francisco/Rafael Paz
De acuerdo con la publicación
inglesa The Economist habrá elecciones en 76 países y acudirán
a las urnas 4,200 millones de personas (https://www.economist.com/interactive/the-world-ahead/2023/11/13/2024-is-the-biggest-election-year-in-history).
¿Es un
triunfo de la democracia? ¿Este sistema político prevalecerá sobre los
autoritarismos? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades? Gaceta UNAM conversó
con los académicos Jacqueline Peschard, María Cristina Rosas, Miguel Armando
López Leyva y Daniel Innerarity sobre el tema y coincidieron en señalar que
este sistema político garantiza la inclusión de todas las voces, pluralidad de
ideas, opciones de gobierno, libertad de opinión, vigencias de los derechos
políticos y civiles. Los expertos consideran, además, que uno de sus
principales enemigos son los populismos.
El deseo
de vivirla
La Open
Society Foundations lanzó en septiembre de 2023 el Barómetro de la Sociedad
Abierta. Su estudio de ese año se basó en encuestas representativas en 30
naciones. “Elegidos para reflejar diversidad geográfica, económica y política,
estos países tienen una población combinada de 5,500 millones de personas. En
cada uno de ellos, el objetivo fue encuestar a una población estadísticamente
representativa con una muestra de 1,000 personas, adaptando las preguntas a los
contextos nacionales, y proporcionando definiciones de palabras clave como
democracia y autoritarismo”.
El
estudio concluye que “la gente tiene fe en la democracia. El 86 % de los
encuestados dice que quiere vivir en una democracia. Sólo el 20 % cree que las
naciones autoritarias pueden ofrecer ‘lo que los ciudadanos quieren’ (https://www.opensocietyfoundations.org/focus/open-society-barometer)”.
En
contraste, la organización intergubernamental IDEA Internacional, con sede en
Estocolmo, Suecia, en su último informe (2023) analizó a 173 países y concluyó
que “en todas las regiones del mundo la democracia ha seguido contrayéndose y
la mitad de las naciones incluidas en el reporte registraron declives”.
Para
analizar las tendencias democráticas, el informe “considera cuatro categorías
destacadas del desempeño de las democracias: la representación, los derechos,
el Estado de derecho y la participación. Se identificaron declives notables de
las categorías relativas a la representación (incluidos los indicadores de
elecciones creíbles y parlamento eficaz) y el Estado de derecho (con declives
de los indicadores de independencia judicial y seguridad personal). Estos
retrocesos se produjeron en todas las regiones del mundo, y se relacionaron con
acontecimientos como la continua ola de golpes de Estado en África (los más
recientes en Gabón y Níger) y el colapso de las instituciones representativas
de Haití” https://www.idea.int/publications/catalogue/global-state-democracy-2023-new-checks-and-balances?lang=es.
Finalmente,
el Informe Latinobarómetro 2023 dice que hay una recesión
democrática “que se expresa en el bajo apoyo que tiene la democracia, el
aumento de la indiferencia al tipo de régimen, la preferencia y actitudes a
favor del autoritarismo, el desplome del desempeño de los gobiernos y de la
imagen de los partidos políticos”.
Y
detalla: sólo el 48 % apoya la democracia en Latinoamérica, lo que significa
una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 63 % de 2010 (https://www.latinobarometro.org/lat.jsp).
Test de
resistencia
Jacqueline
Peschard, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y
coordinadora del Seminario Universitario de Transparencia, señala que “los
gobiernos democráticos son los únicos que aseguran una interacción entre las
distintas corrientes de opinión, entre los diferentes grupos sociales y que el
poder se renueve de manera pacífica y mediante una serie de reglas previamente
establecidas. Y esto es contrario a un régimen autoritario, en el que no
importan las reglas, lo relevante es lo que dice el líder frente a la situación
que se enfrenta”.
En tanto,
Miguel Armando López Leyva, coordinador de Humanidades de la UNAM, indica que
“la democracia ha tenido sus vaivenes, sus altos y bajos. El que haya procesos
electorales puede ser un indicador de existencia de democracia, pero todo
depende de cómo sean, las condiciones en que se realizan y, sobre todo, la
manera en que se obtienen los resultados y se reconocen”.
¿Por qué
son importantes las elecciones?, cuestiona y acota: “porque aquellos países que
se puedan considerar democráticos permiten dinamizar la vida política y se
posibilita que haya cambios en las opciones de gobierno y que los ciudadanos
opten por distintas opciones, es el principio básico. Por esto cuando hablamos
de democracia vienen varios factores: pluralidad de ideas, expresar tu opinión
de manera libre, la vigencia de derechos políticos, votar o ser votado o la
vigencia de los derechos civiles con todas las libertades que conlleva”.
A su vez,
Daniel Innerarity, titular de la Cátedra Inteligencia Artificial y Democracia
del Instituto Universitario Europeo en Florencia y miembro del consejo externo
académico del Programa Universitario de Gobierno de la UNAM, afirma que este
2024 “sería un éxito atendiendo a la mera profusión de convocatorias
electorales y lo sería todavía más si esas elecciones dieran paso a gobiernos
que llamamos liberales y capaces de enfrentar los retos que nuestros sistemas
políticos tienen, como el cambio climático, la lucha contra la corrupción, la
promoción de la igualdad o la seguridad pública. Este año electoral supone, por
eso, más que una celebración, un verdadero test de resistencia para nuestras
democracias”.
Se
observa que ha aumentado el número de quienes les da lo mismo el tipo de
régimen, lo que implica que un populismo o un autoritarismo les son
indiferentes
Antídotos
Los
entrevistados coinciden en que ante el arribo de los populismos la democracia
tiene mecanismos para defenderse.
“Construir
una democracia implica establecer un sistema institucional que pueda resistir
el paso de los malos gobernantes y que no esté esperando la llegada de
personalidades providenciales. La democracia está pensada para el ciudadano
medio y para el gobernante medio, no es un sistema que dependa de la excelencia
personal”, señala Daniel Innerarity.
Para
Miguel Armando López Leyva, “el gran riesgo es que la democracia ha permitido,
permite y seguirá permitiendo –a lo mejor es la bondad de la democracia–, que
cualquier persona llegue a la presidencia o a una primera magistratura. Pero el
que cualquiera lo haga mintiendo, propagando fake news, haciendo
uso de los recursos del erario o de los gobiernos, está tergiversando el
espíritu de la democracia”.
Hay
gobernantes que tienen distintas habilidades, precisa Peschard. “Hoy una de las
que más cuenta es la capacidad de comunicación política, la de enviar mensajes
y que éstos lleguen a la población. Por este motivo un presidente como Javier
Milei puede dar un discurso que va en contra de lo que habían tenido en los
últimos años los argentinos y así pudo acercarse a la gente para obtener el
triunfo. Lo malo no es que lo haya alcanzado por medio de una buena herramienta
de comunicación y de transmisión de su proyecto, sino de que no haya la
posibilidad de que se encuentren otras voces, otras opiniones”.
Desafíos
Latinobarómetro publicó en su estudio de
2023 que sólo el 48 % apoya la democracia en Latinoamérica, lo que significa
una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 63 % de 2010. El reporte es
producido por la Corporación Latinobarómetro e indica que “el autoritarismo se
ha ido validando poco a poco, en la medida que no se le condena ni se sabe cuál
es el umbral en el que un país deja de ser democrático. Más aún, en el periodo
aumentan aquellos a quienes les da lo mismo el tipo de régimen, lo que implica
que un populismo o un autoritarismo le son indiferentes”.
Lo que
refleja el reporte de Latinobarómetro, indica Peschard, “es que ha
crecido el rechazo a la democracia y la insatisfacción con ella. Se esperaba
después de la gran oleada democratizadora que las democracias iban a resolver
los problemas de inseguridad, de desigualdad de manera muy subrayada, y también
la corrupción”.
Pero lo
que vemos es, añade, “por un lado, un alejamiento de la población respecto de
sus instituciones democráticas y un deseo de encontrar un gobierno que les
garantice que van a tener trabajo, comida y seguridad. Se prefiere un gobierno
eficaz a uno democrático”.
Los
enemigos que vienen
Daniel
Innerarity afirma que “no existe democracia de calidad si no hay una
conversación de calidad, y la profusión de noticias falsas la dificulta
considerablemente, aunque no es el único factor que explicaría esa degradación.
En cualquier caso, no tendríamos que achacar todos los problemas de nuestras
deficientes conversaciones a una injerencia extranjera, como si a esta
degradación no hubiera contribuido una cultura política de baja calidad, la
cual es responsabilidad nuestra, de los gobiernos, los medios y la ciudadanía”.
López
Leyva considera que el enemigo más fuerte de la democracia hoy en día son los
liderazgos populistas. “Los desarrollos y estudios más recientes relacionados
con la democracia versan y tejen sobre ese asunto”. La proliferación de fake
news, agrega, no sólo es responsabilidad de los líderes populistas; en realidad
lo hacen muchas partes interesadas en la política, incluso ciudadanos y
partidos políticos. “Lo interesante de esta cuestión es que son los líderes
quienes las propagan, incluso en contra de la evidencia que uno puede encontrar
y demostrar”.
Inteligencia artificial
Enfrentamos
un reto mayúsculo frente a la inteligencia artificial, afirma Jacqueline
Peschard, “y es la dificultad de saber si un mensaje es real o construido artificialmente.
Esto tergiversa y mete ruido negativo, el cual no es auténtico, sino que se
aprovecha para lograr una mayor polarización, un mayor distanciamiento o
desconfianza frente a qué terrenos está pisando el ciudadano a la hora de
entender lo que se encuentra en juego en una elección y de qué manera cada uno
de nosotros puede tener una misión importante. No solamente el voto individual,
sino el de su propio grupo social al que pertenece”.
FUENTE: UNAM