LA VIOLENCIA DE LA #4T
LA VIOLENCIA DE LA #4T
Por
Héctor Guerrero
Este
gobierno se esmera en dejar su legado, en dejar huella, en ser recordado por
algo fuera de lo común, histórico y sin duda lo está logrando.
No
vamos a hablar del gobierno más cínico de la historia, tampoco vamos a hablar
del desastre en temas de salud, o del ecocidio del tren Maya o el aeropuerto
fantasma o la refinería que no refina, de la corrupción de su familia y su
primer círculo de colaboradores.
El
legado de López será el sexenio más violento en la historia de México en
tiempos de paz.
En
estos días hemos visto atrocidades como el asesinato de Camila y el posterior
linchamiento de sus perpetradores, secuestros masivos en el norte del país, el
desplazamiento de comunidades en Chiapas por los enfrentamientos entre grupos
criminales, los levantamientos en Jalisco, las ejecuciones en Veracruz.
Apenas
el fin de semana, el alcalde de Churumuco, Michoacán, fue asesinado en una
taquería de Morelia.
Y lo
que pasó apenas el pasado lunes con el asesinato de Bertha Gisela Gaytán,
candidata de Morena a alcaldesa del municipio de Celaya, en la vía pública, a
plena luz del día, en medio de un mitin donde había mujeres niños y ancianos.
Tan
solo unas horas antes, la candidata había declarado que solicitó protección,
seguridad que, lamentablemente, nunca llegó.
Recordemos
que apenas en febrero, el INE, junto con las autoridades de seguridad y los
partidos políticos, llegaron al acuerdo de que la Guardia Nacional y el
Ejército se encargarían de brindar protección a los candidatos a las
gubernaturas, a la Cámara de Diputados, al Senado y a la presidencia de la
República.
Por su
parte, los aspirantes a cargos locales tendrían que solicitar al INE y a los
institutos electorales estatales y dependencias de seguridad también locales su
protección.
Los
hechos nos demuestran que es por ahí, por el eslabón más débil donde atacan,
pues son ellos los más vulnerables.
Caso
contrario al convoy de camionetas blindadas de Rocío Nahle, la candidata de
Morena al Gobierno de Veracruz, que no tiene nada de que preocuparse más que de
justificar el por qué tiene más propiedades que el nopal, pero como diría el
clásico, esa es otra historia.
Pero
eso si, López lamenta y se conduele por los asesinatos, de milagro no se hizo
él la víctima, como suele hacerlo, pero abona al reparto de culpas entre las
autoridades federales y las del Estado, sobre quien o quienes son los
responsables de proteger la vida de los aspirantes a cargos de elección.
Si ser
la víctima no procede, lo que sigue son los ataques la lavada de manos, pues
López se le fue con todo al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez y
dijo en su mañanera que “El gobernador gobierna, pero no manda”.
Es
justo decir que la violencia no es nueva, que se viene dando desde hace
décadas, que ha venido en aumento y que no se ve en donde baje la curva.
Pero
también es justo decir que este gobierno, con sus abrazos, se ha vuelto
cómplice de esta tragedia que no reconoce colores o ideologías, pues así seas
Guinda Azul amarillo o tricolor dentro de todos nosotros corre la misma sangre
roja con la que se pintan las calles.
Los
abrazos han sido abono para los delincuentes, la violencia ha sido permitida,
tolerada e incluso, si me lo permiten promovida por el propio López.
Hoy
como nunca antes resulta ser un riesgo ser candidato a un puesto de elección
popular en México y los números no mienten, ya son 50 los asesinatos de orden
político desde que arrancó este proceso electoral.
De
esos 50 asesinatos 26 corresponden a personas que aspiraban a un cargo de elección
popular y los 24 restantes son de políticos en funciones y /o familiares de
éstos.
Y eso
que no estamos tomando en cuenta los 9 secuestros, más de 150 agresiones
documentadas, más los atentados fallidos (22) y las amenazas denunciadas, van
casi en las 80.
Imagínense
todo lo que no se denuncia por miedo, por desconfianza, porque no hay un Estado
que garantice la seguridad, ni siquiera a sus propios candidatos.
Aquí
lo desconcertante es que el partido que encabeza los muertos es el oficial, con
9 de sus candidatos asesinados de forma violenta y los estados donde más
ocurren son Guerrero, Michoacán, Guanajuato y, por supuesto, Veracruz.
México
tendrá los comicios más grandes de su historia el 2 de junio, cuando más de 97
millones de votantes están llamados a renovar más de 20 mil cargos de elección
popular, incluyendo la presidencia, nueve gobiernos estatales, los 128 escaños
del Senado y los 500 diputados.
El
legado de López será, también los comicios más sangrientos de la historia,
porque esto, todavía no se acaba.
Tiempo
al tiempo.
@hecguerrero