La Otra Versión

Las cartas de López Obrador

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Por  René Sánchez García.

Más que una verdadera polémica con elementos y juicios de razón, las cartas que envió hace quince días el presidente Andrés Manuel López Obrador, a la sede del Vaticano y al gobierno español, se han convertido en una serie de escritos desatinados, en posturas ideológicas sentimentales, en dimes y diretes sin fundamentos, pero especialmente en comentarios ridículos, que no ayudan a formar criterios, sino más bien confunden al público interesado.

Resulta que con motivo de que hace 500 años (o sea en 1519), las tropas militares al mando de Hernán Cortés abandonaron las hoy islas cubanas, para dirigirse por primera vez a nuestro continente americano, específicamente haciéndolo por las costas del Golfo de México y en particular entrando a tierras nuestras en lo que se conoce como La Antigua, en un día santo e importante para la iglesia católica europea, el presidente solicitó perdón para todos los pueblos originarios.

Hasta donde se sabe, fue el Papa Francisco, representante actual de la Santa Sede, quien en un discurso dominical mencionó, que algunos de sus antecesores habían ya pedido perdón por todos los malos actos cometidos por la iglesia católica, no solamente durante los períodos en que se produjeron las conquistas de muchos pueblos del mundo en época de la Edad Media, sino también en los años posteriores y actuales. De manera particular se pronunciaba nuevamente y en los mismo términos ante la solicitud del presidente de México.

Muy contraria a esta postura humilde del Vaticano, el gobierno español reaccionó de muy diferente manera. Se dijo que aquellos fueron tiempos pasados y que los actuales son de fortalecimiento de relaciones y de concordia de todo tipo. Que ellos nada tienen que ver con la conquista, dominación, esclavitud y demás actos cometidos por los soldados, pues España como Estado o Nación no existía aún. Nos hicieron recordar que se trataba de una serie de imperios con Reyes y Monarcas que se dedicaban a explorar nuevas rutas de comercio.

Pero estos españoles, que quieran o no son herederos directos de aquellos que por primera vez pisaron estas nuevas tierras americanas, se adornan ahora con la tesis de que todos los  mexicanos tenemos sangre española e indígena en nuestras venas. Que gracias a ellos disfrutamos de una cultura maravillosa y de un idioma que nos hace importantes en el mundo. Y le devuelven la papa caliente a AMLO, mencionándole que es su momento histórico como presidente de México para que saque de la pobreza extrema y del olvido ancestral a los grupos indígenas del país.

Lo cierto es que para México se trata de una herida ancestral que nunca sanará ni llegará a olvidarse. La conquista fue una lucha entre desiguales, con consecuencias muy graves para nuestro desarrollo ancestral, así como para el anímico y psicológico actual. Todo fue brutal, hasta la imposición religiosa que se hizo a sangre y muerte. La conquista de América sólo fue la continuidad del desarrollo capitalista europeo del medioevo. Y es necesario aclarar que todas las cartas de relación de Cortés enviadas al Rey son puras mentiras, pues él nunca quiso someterse a la Corona, prefirió pintarse como héroe y declararse emperador de los nuevos dominios. Más que entender las razones de AMLO y de sus cartas, habría que estudiar a fondo todo ese mundo de falsedad que escribió Cortés y que avalaron las órdenes religiosas católicas en aquellos tiempos. Allí están las razones por las que deben otorgarse perdón a favor de nuestros indígenas.

sagare32@outlook.com

 

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