PLUMAS DE COATEPEC

LAS FIESTAS DEL PADRE JESÚS DE JALACINGO

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LAS FIESTAS DEL PADRE JESÚS DE JALACINGO

Por Jesús Bonilla Palmeros

 

Una de las tradiciones que distinguen a la población Coatepecana, es la visita al Santuario de Jalacingo los días 24 y 25 de agosto, fechas dedicadas a San Bartolo y el Padre Jesús respectivamente, aunque algunas personas prefieren asistir el día 25 por la creencia de que el 24 “anda el diablo suelto” y ocurren muchos accidentes.

 

 Antaño se dedicaban días para la visita e implicaban el trasladarse a pie hasta el Santuario, o en caballo cuando todavía no se contaba con el medio de transporte de carga. Comentaban algunas ancianas que era agotador el internarse por veredas, cruzar barrancos, subir y bajar cerros, pero que todo eso se olvidaba al llegar ante la sagrada imagen del Padre Jesús.

 

 El propio santuario de por sí cautiva a los visitantes, con el amplio atrio y sus dos grandes iglesias, al fondo entre ambas construcciones destaca una pequeña capilla dedicada a San Francisco, cuya construcción evidencia una manufactura muy temprana y el aprovechamiento como material de construcción de lajas careadas, al parecer de antiguos adoratorios prehispánicos. Tal como lo encontramos en el colindante municipio de Xiutetelco, Puebla, donde a la fecha se conservan edificaciones católicas sobre basamentos piramidales prehispánicos.

 

 Llegar a Jalacingo es todo un deleite, al cruzar los estrechos pasillos delimitados por puestos donde se expenden infinidad de productos, lo mismo se ofrecen plantas medicinales, copal blanco y negro, imágenes de yeso o resina, pan, textiles indígenas, y sin faltar los chilahuates, las dalias, las coloridas tuberosas, los famosos aguacates, nueces y duraznos, entre otras mercancías. En esta festividad las personas de Coatepec acostumbraban adquirir los famosos “rebozos de bolita”, las canastas y los pequeños cantaritos usados para colocar al agua bendita cuando se amortajaban los difuntos.

 

 Ya en el atrio, se dan cita diversas danzas que al son de las flautas y tambores ejecutan variados movimientos acordes al tipo de representación, ya sea que se trate de una danza solar como la de los Quetzales o la Danza de Conquista, en la que destacan los Santiagos. Alrededor de los danzantes se pueden observar personas provenientes de diversos estados como Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, México, Oaxaca y Veracruz. 

 

A través de la vestimenta se pueden identificar a los indígenas nahuas y totonacos de Naupa, Acaxochitlán, Zacatlán de las Manzanas, Cacahuatlán, Cuetzalan, Chachahuantla, y otros tantos pueblos indígenas.

 Digno de mencionarse es el baile que se organizó cuando la Banda de Viento empezó a tocar los sones dedicados a la Virgen de Guadalupe. Inmediatamente mujeres y ancianos de las comunidades, se ubicaron alrededor para formar un gran círculo y bailar con sencillos pasos los acordes de Xochipitzahua, dando giros y genuflexiones hacia la iglesia del Padre Jesús. Realmente las muestras devocionales de grupos indígenas y mestizos que se dan cita en la festividad, son un claro ejemplo del fervor fundamentado en una larga tradición que se remonta a los inicios de la evangelización.

 

 La visita al Santuario de Jalacingo por parte de los coatepecanos, forma parte de una serie de manifestaciones que se sustentan en una interrelación étnico-cultural, fortalecida a través de las actividades económicas. Antaño venían a Coatepec los grupos de Quetzales, Negritos y Santiagos a ejecutar sus bailes en la fiesta patronal de San Jerónimo, y a la vez los coatepecanos siguen refrendando año con año las antiguas relaciones interculturales con la visita al Santuario del Padre Jesús.