Las nuevas madres.
Las nuevas madres.
Por Lic. Gloria Antonia Dávila Galicia.
Actualmente los pequeños enfrentan grandes
desafíos en materia de salud mental, desde su edad escolar se encuentran
expuestos a estrés, bullying, violencia, drogas y por si fuera poco en últimas fechas
al distanciamiento social.
Frente a este reto, el papel de la madre se
desvirtúa en un ambiente consumista y competitivo en el que se cree que una
buena madre es aquella que logra allanar el camino de sus hijos y satisfacer
todos los caprichos, evitando con ello infringir un trauma al pequeño.
Cada uno de los padres influyen de una manera
particular en el desarrollo de los hijos, desafortunadamente en la actualidad
el estilo de vida propicia que, aunque exista en la familia la figura de la
madre ella sea una madre ausente que se torna negativa, fría, distante o
inaccesible.
Las madres de este siglo tienen un deber
enorme con los hijos, los tiempos requieren madres audaces que se comprometen
con nuevas formas de educar, es común que los hijos conozcan sus derechos, pero
no tengan ninguna obligación, por lo que las nuevas madres necesitan ser
sensibles pero firmes para poner límites.
La madre por ser puente para la vida del hijo
puede desarrollar con él una relación expresiva a nivel físico y afectivo, lo
que le permitirá en su vida adulta construir vínculos amorosos con otras
personas.
Destinar tiempo para realizar alguna
actividad exclusiva con cada uno de sus hijos, les permitirá construir y
fortalecer los lazos afectivos. Un tiempo de calidad se reflejará en las
habilidades creativas primero del niño y después del adulto.
La comunicación constante con los hijos les
permite el autoconocimiento, la autoaceptación y el fortalecimiento de su
autoestima lo que se reflejara en sus relaciones con otros.
Una educación socioemocional desarrollará en
los hijos habilidades para reconocer y manejar las emociones propias y las de
los demás, a fin de poder hacer frente al estrés y la presión social para
conseguir la autorrealización.
Dar a los hijos una pequeña dosis de
frustración les permitirá afrontar de manera positiva los retos y dificultades
de la vida adulta, esforzándose cada vez que no consigan aquello que se han
propuesto, en lugar de sentirse derrotados.
Pero recordemos que lo más importante para el
desarrollo de un hijo es la estabilidad emocional y bienestar de la madre,
regálate un momento del día para ti misma, permítete proyectar a los demás todo
tu esplendor.