LIC. EMILIO POLANCO SERVIN

Falleció ayer nuestro conocido paisano.

Deseo recordar una anécdota de cuando fue munícipe en los tiempos de Don  Rafael Hernández Ochoa, gobernador de Veracruz, allá por los años setentas.

Resulta que una mañana como a las siete horas llegó a Coatepec el señor gobernador acompañado del director de Seguridad Pública de apellido Vázquez Castellanos, montados en dos hermosos caballos.

Tomaron una pausa en la esquina de Constitución y Colon, notando que a un costado estaba el establecimiento de Talabartería “El Venado”, de mi señor padre.

Desmontaron y fueron a admirar las sillas de montar, armándose una larga plática sobre ganadería y el campo.

Mi padre me recomendó fuera rápido a la casa de Don Millo en la cercana calle de Zamora, para decirle que estaba en Coatepec el gobernador.

Asunto que cumplí y en menos de 10 minutos el mandatario municipal se integró a la plática.

Después los tres siguieron a pie su camino hacia el parque Miguel Hidalgo en amena charla. Para ello ya eran cerca de las ocho, pues los niños escolares hacían su aparición en las calles de este pueblo mágico.

Descansa en paz estimado amigo. (RSG)