LILA DOWNS EN EL CERVANTINO
LILA DOWNS EN EL CERVANTINO
La jornada del 50 Festival Internacional Cervantino (FIC) presentó
con ArtstageSAN: el teatro de títeres procedente de Corea, país invitado de
honor, la música de la mexicana Lila Downs, el Proyecto Sonidero, la
Estudiantina de la Universidad de Guanajuato y el show de cabaret a cargo de
Las Reinas Chulas.
Por otro lado, la noche de ayer viernes comenzó con el
concierto de Lila Downs en la Alhóndiga de Granaditas. Ante una explanada y
calles aledañas llenas, la cantante y compositora invitó a bailar al público
con sus cumbias y estremeció con sus desgarradores temas de amor, de recuerdos
y protesta.
El concierto, uno de los más esperados del FIC 50, convocó a
decenas de personas quienes, ansiosas por ver a la artista oaxaqueña, gritaron
con tan solo ver aparecer su silueta en el escenario. A los primeros acordes se
sumó su voz estremecedora para interpretar Yo ya me voy, cuyas letras hablan de
la añoranza al estar lejos de casa. De ahí pasó a algo más festivo con el Son
de chile frito y la cumbia La campanera, temas en los que se hizo acompañar de
bailarines con trajes tradicionales y que pusieron a bailar al público.
Después pasó a una canción que, según recordó, cantó la
primera vez que se presentó en el festival, en este mismo escenario, a finales
de los años 90: La Martiniana, un conmovedor son tradicional del Istmo de
Tehuantepec, y que esta vez cantó con el cuarteto Barro Negro. Con esta agrupación también interpretó
Tirineni Tsisiki, canción en purépecha inspirada en la flor de cempasúchil.
Más adelante, el mariachi femenil Nuevo Tecalitlán salió al
escenario para interpretar con Lila el clásico El último trago, de José Alfredo
Jiménez. Junto a estas dos agrupaciones
invitadas también cantó Cucurrucucú paloma.
Como en todas sus presentaciones, la cantante de origen
oaxaqueño y ascendencia estadounidense reivindicó desde el escenario su
identidad cultural diversa, con la cual defiende la idea de crear “diálogos
entre culturas”.