Límites utilizando lenguaje positivo.
Límites utilizando lenguaje positivo.
Por Psic. Anilú Arechavaleta Glez.
Dentro
del núcleo familiar la labor que caracteriza a los padres es proponerse hacer
todo lo posible para ganarse la aprobación de los hijos, aunque muchos se
resistan a aceptarlo, suele ser así, poco a poco, el decir SI pierde el
carácter de don y se percibe cada vez más como una exigencia u obligación, y
aunque no se diga abiertamente suele pasar en casi todas las familias. El
lenguaje forma el carácter. La manera en que hablamos y las palabras que
utilizamos tienen un enorme poder para estimular o desmotivar.
Han
de saber que el amor entre padres e hijos no se agota tan rápidamente, la
situación es poner límites que si bien es el punto cardinal de la familia como
formación para el hijo cuando llegue a la edad adulta, la manifiesta necesidad
de poner límites es parte fundamental.
Resulta
inquietante en la actualidad donde se observa a los niños, adolescentes y a
veces adultos “más libres” de lo que se trata en estos momentos es poner límites
a los hijos, explicar cuán importante es para todos aprender a decir NO, porque
debemos decirnos SI a nosotros mismos.
A
medida que las personas maduramos y la relación de familia evoluciona, vamos
conociendo nuevos aspectos de cada miembro la familia y de nosotros mismos, en
donde desaparecen unos límites y aparecen otros, o se replantean, aprendemos a
respetar a los demás, así como también aprendemos a expresarnos con mayor
claridad.
Estoy
convencida que hoy por hoy, lo que la mayoría de los padres queremos es decirnos
SÌ tranquilamente, y decirlo igualmente a lo demás, solo si somos también
capaces de pronunciar un autentico NO, sin que dañe la dignidad y respeto de
nosotros y de los que amamos.
Es
un arte decir NO a los hijos, pues la mayoría de los padres quisiéramos siempre
decir SÌ a los hijos, darles todo lo que desean, no importa el cómo, lo
dispuestos que estamos a la complacencia es increíble, estaríamos dispuestos a
entregar nuestra vida por ellos, y es lógico pues saben que el SÌ es por
excelencia el símbolo del amor. En la actualidad vivimos en una sociedad del
bienestar y de la abundancia, en donde nos hemos encargado de procurar aparte
de satisfacer sus necesidades básicas, un plus una identidad artificial, sin
perder de vista que el hecho que hay padres que no tienen la necesidad de decir
NO a los hijos, pues debido a su posición económica acomodada, les resulta
fácil decir SI, y esto sin contar que algunos padres temen los conflictos y
mejor lo conocido que desconocido (para que me arriesgo a que se enoje).
Entonces caemos en el espiral de tolerar lo intolerable, en decir SÌ cuando
queremos decir NO, en llegar al limite de la impaciencia y desesperación.
Podríamos
intentar un NO como respuesta amorosa, utilizando el lenguaje positivo, el
leguaje de las virtudes, si volteáramos atrás nos daríamos cuenta que la mayor
parte de las dificultades y conflictos en la familia entre otras, nacen porque
los cuidadores primarios, los padres no fueron capaces de decir no, aunque lo
desearon, esto sucede cuando no se definen sus propios límites y mucho menos
los de los integrantes de la familia, es aceptable y hasta cierto punto
comprensible que se pudiese argumentar que todos tenemos bueno motivos para
comportarnos de un modo determinado, sin embargo nos asalta la duda de si
estaremos haciendo lo correcto en ese desprendimiento de amor, en el afán de
querernos sentir amados por nuestros hijos, cuanto mas pretendemos ser
apreciados por ellos más peligro corremos tanto nosotros, todo esto se relaciona
con la necesidad existencial de ser útiles para los que amamos, que entre más
años tengan más nos necesiten, pero habría que detenernos y pensar si esos
comportamientos sin límites es lo que los prepara y formara para llegar ser adultos
seguros de sí mismos, seguros de lo que quieren y pueden lograr. Es importante
recalcar que todos contamos con virtudes, están dentro de nosotros mismos, y si
utilizamos lo que tenemos podremos comunicarnos con quienes más amamos de
manera cordial, amorosa y sobre todo respeto, el lenguaje que hasta el momento
no te da resultado, sustitúyelo por el lenguaje positivo donde un NO es un NO
con AMOR, mostrándole una vida de respeto y limites que lo acompañara en su
camino hacia la adultez.