Lo que nos faltaba: aumentos en cigarros, alcohol y refrescos
Lo que nos faltaba: aumento de cigarros, alcohol y refrescos
Por
Edgar Hernández*
¡Así
empezaron Cuba y Venezuela!
La peligrosa regresión
histórica que vive México puede dar lugar a un estallido social.
El brusco viraje a la
izquierda provocado por el régimen que encabeza Andrés Manuel López Obrador nos
está llevando a la crispación social, a observar incluso como contagioso el
estallido en 74 ciudades de Estados Unidos, tras la muerte de un hombre de
color que tiene fuera de control al gobierno de Donald Trump.
Así son los estallidos
sociales. Así las guerras civiles, los brotes rebeldes y las insurgencias en
donde los pueblos se alzan en protestas generalizadas so pretexto de cualquier
reclamo social.
Los cacerolazos, los
disturbios estudiantiles, las masacres a campesinos, el desempleo y la ira
reprimida son factores que van creando un caldo de cultivo para la revuelta que
históricamente se han traducido en revoluciones.
Hoy en Estados Unidos,
blancos, negros, morenos, orientales, arios, musulmanes y todo tipo de
migrantes condenan la represión policiaca, a la cual se suman protestas por las
violaciones a los derechos humanos, el racismo, el desempleo y la desesperación
contenida por la pandemia.
En México las piedritas están
llenando el buche.
Han sido tantos y tan
repetidos los desaciertos en los cortos 18 meses del régimen de López Obrador
que no es descabellado pensar en un estallido social.
¿Acaso ha despertado el México
bronco?
Consideremos que a las
políticas públicas erróneas de la llamada 4T, apoyadas en un socialismo
trasnochado, se han sumado medidas francamente impopulares como confrontarse
con los sectores productivos, dividir a la ciudadanía en liberales y
conservadores, maquillar la corrupción para esconder fechorías propias, acusar
al pasado de las ineptitudes del presente y gravar al pueblo, exprimirlo hasta
no dejarle opciones.
En la contraparte la
irritación crece por causas que están a la vista.
En el marco de la pandemia por
Covid-19 no hubo clemencia tributaria; se careció de medidas para detener la pérdida
de 12 millones de empleos; las remesas procedentes de Estados Unidos colapsaron;
la inseguridad pública se incrementó ante el fortalecimiento de los cárteles
criminales, y luego las ocurrencias…
Esta mañana nos desayunamos
con una propuesta morena lesiva para las mayorías, muy parecida a la de
penetrar a los domicilios para observar cuanta riqueza –o pobreza- posees. Igualita
a la que hay que conformarse con un par de zapatitos, tus pantaloncitos y un
coche viejo porque ¿para qué quieres más?
Se trata de incrementar el
precio de los cigarros, refrescos, cerveza y alcohol so pretexto de “inhibir su
consumo lo que podría reducir el caso de enfermedad y los costos de atención”.
Hasta la llegada de los
chairos la opinión pública, la ciudadanía misma no escuchaba pretextos tan
estúpidos para gravar un producto o imponer una medida pública que evoca las
miserias de los países de corte socialista cuyos productos de primera necesidad
son inalcanzables excepción hecha para la alta burocracia y la que paga en
dólares.
En Cuba por citar un ejemplo,
se cambia la virginidad por unos jeans y la prostitución juvenil es el
principal atractivo para el turismo externo. No hay más. Su producción nacional
está en cero, el país está bloqueado, la gente no se da abrazos ni besos, solo
espera la muerte o que alguien los saque a Miami.
Es el mismo caso de Venezuela
donde han migrado cuatro millones de ciudadanos perseguidos por los regímenes
de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, luego de haber llevado al pueblo a la extrema
pobreza.
Bolivia y Nicaragua se mueven
en la misma tesitura de pobreza con represión.
En México a lo largo de los
últimos 18 meses cientos de miles de ciudadanos han salido a protestar, las
mujeres a reclamar sus derechos, los jóvenes –no chairos desde luego- a exigir
oportunidades y la clase necesitada a reclamar salud, empleo y seguridad.
Pero el gobierno no los ve ni
los oye, dirían los clásicos.
Engañan al pueblo diciéndole
que con el alza de los cigarros, las cervezas –México es cervecero desde antes
que naciera el ya viejo AMLO-, el tabaco y los refrescos, que han sustituido
para bien y para mal al agua y las bebidas de frutos naturales, habrá de
fortalecerse el sistema de salud pública en 72 mil millones de pesos.
Un dinero que, desde luego se
irá por otros caminos como sucedió con la desaparición del Seguro Popular, en donde
nadie sabe, nadie supo qué pasó con el sistema alterno de bienestar.
Y qué tan inopinada no será la
propuesta de aumentos al tabaco y la cerveza que se da justo cuando 12.5
millones dejaron de trabajar en abril, de acuerdo con datos del INEGI.
Por ello el creciente repudio
al Peje y su avión; por ello las marchas y manifestaciones; por ello la pérdida
de aceptación y popularidad del 90% al 52%; por ello la efervescencia social
cuya mecha está encendida.
Y si no…Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo