LO SECUNDARIO PERO INELUDIBLE
LO SECUNDARIO PERO INELUDIBLE
Por Uriel Flores Aguayo
La semana pasada publiqué un artículo donde
manifestaba que, siendo lo menos importante, de todos modos era ineludible
referirse a las próximas elecciones municipales en Veracruz. Debo agradecer la
difusión de costumbre pero con algún aumento en medios impresos y digitales ya
fijos y algunos nuevos, así como en las redes sociales; noté un buen nivel de
interés en lo que sostengo ahí sin controversia relevante. Con un título
llamativo desarrollé centralmente la hipótesis de que el partido Morena está en
riesgo real de perder la mayoría en XALAPA; di argumentos en los que estoy
totalmente convencido. Para seguir con ese tema ahora voy a plantear una visión
más amplia, aplicable al resto de nuestra entidad. De entrada hay que decir que
es una elección atípica en varios sentidos. Aunque mantenga ciertas tendencias
nacionales no llegará ni de cerca a lo que fue el proceso del año 2018, donde
se dio un fenómeno muy singular en torno a AMLO y morena. Quienes crean que
basta obtener la candidatura de dicho partido, como en los tiempos dorados del
PRI, para ganar sencillamente está en un error. Falta ver cómo procesan sus
designaciones, si salen unidos y qué tipo de oposición, donde ya gobierna, va a
enfrentar. Viendo su realidad de confrontación y carencia de disciplina básica,
lo más seguro es que tengan un proceso de fragmentación y desbandada hacia
otros partidos. El factor municipal, si se les revierte, será un lastre para
sus candidatos a diputados.
Que haya tantos partidos en Veracruz, nacionales
y locales, supone abundancia de candidatos, aligerada por las coaliciones de
los que pueden hacerlo legalmente. De alguna manera dispersa el voto pero, en
no pocos casos, también habrá resultados marginales que no afectan la
competencia real; es decir, la multiplicación de candidaturas por sí mismas no
indican pulverización de sufragios. Se pinta un panorama competido entre, al
menos, dos o tres fuerzas en cada municipio. En las elecciones municipales
cuenta un poco más el perfil de las candidaturas, es decir, las personas.
Esa es una característica general y más acentuada en municipios pequeños y
medianos; ahí una buena candidatura puede ganar independientemente del partido
que lo postule.
Un error, que puede se fatal, cometerán los
partidos grandes si piensan que pueden lanzar cualquier candidatura y ganar. Es
la clásica forma política de auto consumo que no se hace cargo del momento y de
las inquietudes ciudadanas. Es típico que los partidos, viejos y nuevos, crean
que son fin y no medio, que las candidaturas son patrimoniales y que cualquiera
de ellos puede cumplir en el cargo que sea. Hacen carrera partidista, lo cual
no necesariamente los califica positivamente, pero no la realizan en lo municipal
o distrital. La próxima elección es una gran oportunidad para que los partidos
se sacudan, den pasos en su renovación y se presten a ser útiles socialmente.
Sin partidos democráticos, como ahora, es baja la calidad de los Ayuntamientos
y los órganos legislativos. Para tener Ediles omisos y legisladores levanta
dedos no vale la pena tanto membrete partidario ni los todavía enormes recursos
que se les canaliza.
En el terreno de lo ideal sigo pensando que se
requiere una profunda reforma democrática para que se modifique radicalmente el
mecanismo de elección de los Regidores. Actualmente son electos en la planilla
que registra cada partido, siempre y cuando obtengan éstos un determinado
porcentaje de votos. Es decir, para ser regidor es indispensable ser miembro de
un partido, sujetarse a sus reglas y procedimientos. Lo más común es que sean
el resultado de influyentismo y acuerdos cúpulares; es de obviedad que
difícilmente se preocuparán por los perfiles. En ese sentido el Cabildo
normalmente no refleja la composición de la sociedad municipal ni expresa las
inquietudes y propuestas del común de la gente. No es sencillo señalar ahora
cómo sería la forma alternativa y más democrática. Sin embargo hay que abrir el
debate para no quedarnos con lo que tenemos como si así tuviera que ser
siempre. La lucha tiene que dirigirse hacia Cabildos activos, eficaces y
confiables; hoy no los tenemos.
Recadito: a falta de trabajo,
hacen corazoncitos en las plazas públicas. No dan para más.