Línea Caliente

Lorenzo Portilla, Verdugo Equivocado

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Por Edgar Hernández

¡Al titular de ORFIS, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez su pasado lo condena!

 Imposible dar crédito, menos credibilidad, al auditor general del ORFIS quien han navegado durante tres gobiernos –los de Duarte, Yunes y Cuitláhuac- con bandera de mozo y sobreviviendo con juegos sucios.

Siguen retumbando en el imaginario colectivo los supuestos 35 mil millones que, según Orfis, se agenció Javier Duarte del erario público, en la misma proporción a los 36 mil millones que ahora resulta se pilló Miguel Angel Yunes Linares.

El auditor general del estado, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez ha sido el artífice de los cuentos chinos en contra de los ex gobernadores sin otro propósito que perpetuarse en una posición que, esta sí, le deja millones de pesos.

Hoy Lorenzo anda tras la reelección.

Si logra su propósito de igual forma llevará al matadero a Cuitláhuac García al final del sexenio aduciendo millonarios saqueos.

Ese es el plan perfecto de Lorenzo. Es su técnica. La mejor. La ensayada. La que ha utilizado de manera repetida para mantenerse en el poder traicionando a quien haya que traicionar y acusando a quien haya que acusar.

Hoy Lorenzo Portilla, comparsa del gobierno de Cuitláhuac García grita voz en cuello que va por Yunes interponiendo ante la Fiscalía General de la Federación cuatro denuncias por un monto superior a los 36 mil millones de pesos.

Una fortuna a la que se suman los más de dos mil millones de pesos que, según la “Carpeta Azul” presentada en campaña por Andrés Manuel López Obrador en contra de quien le dijo “viejo guango”, en su paso por el ISSSTE.

En esa óptica, Yunes, el todavía hace seis meses salvador de Veracruz y de los Duarte, es el peor de los truhanes que ha tenido la historia de México.

Todavía resuenan en el ánimo ciudadano aquellas tronantes declaraciones de Lorenzo y su maquinita de dinero ORFIS cuando ese cuatro de mayo de 2017, en marco de la aprehensión del ex gobernador Duarte en Guatemala, señalaba que “En 2015 la administración de Javier Duarte presuntamente desvió 38 mil pesos por minuto”… por minuto.

El daño patrimonial en ese momento alcanzaría los “21 mil millones de pesos”, según el organismo encargado de la fiscalización.

Luego vendría lo de las empresas fantasma y la compra de propiedades de la familia Duarte hasta sumar los 35 mil millones de pesos, 35 mil millones, que una vez que fue juzgado, quedaron en unas decenas.

Duarte, sin embargo, se queda chiquito en esa danza de los miles de millones. Con Yunes, desde la óptica de Lorenzo, ha sido peor.

Hoy, a cambio de una “promesa” de reelección para Lorenzo, que de “lorenzo” no tiene nada, se le ha ordenado acudir a la Fiscalía General de la Federación –antes PGR- para endilgarle a Yunes Linares desvíos superiores a los 36 mil millones de pesos… más lo que se acumule.

Argumenta Portilla, en lo que se ha dado por llamar el “Show de la Gran Estafa” que se pagaron mil 100 millones por videocámaras que no sirven para maldita la cosa y registros contables irregulares de al menos 27 mil millones “por posible desvío de recursos de la Secretaría de Desarrollo Social” y una tercera por el uso ilegal de 8 mil millones de pesos “dentro de unos fideicomisos”, según Portilla.

Así de rapidito juntó 36 mil millones de pesos. Así, el quedabién de Portilla manda al carajo aquella declaración, días antes de que Miguel Angel Yunes dejara el poder en el sentido de que la cuenta pública 2017, de la cual hoy encuentra desmesurados faltantes, había sido solventada “salvo un par de detalles menores”.

“Orfis entregará observaciones administrativas no graves en Cuenta Pública 2017, este lunes”, declaró Lorenzo el 3 de noviembre de 2018, justo cuando aún le quedaban 19 días al gobierno de Yunes.

Los detalles “no graves”, ahora se sabe son por 36 mil millones de pesos…Y lo que falta ya que en octubre se dará a conocer el estado de la deuda pública 2018, también de Yunes.

Todo ello ha dado oportunidad, tal como no lo esperaban Morena y su gobierno, para revivir al muerto.

Miguel Angel Yunes Linares ni tardo ni perezoso se ha levantado de la tumba para responder. “No serviré de caja china para desviar la atención de los temas que lastiman a los veracruzanos, como tampoco serviré de escalón para que se reelija el auditor”.

¡Sopas perico!

Sorraja a Cuitláhuac y a Portilla de un madrazo.

Así, el cuestionado gobierno en funciones suma una raya más al tigre con tremendas equivocaciones al elegir a sus verdugos.

Al igual que se ha utilizado a la presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Namiko Matzumoto en aras de tumbar al Fiscal Winckler, con falsedades y acusaciones carentes de sustento jurídico, así se utilizan balas de salva de parte de Lorenzo Antonio Portilla para incriminar a Yunes Linares.

Después de estos lances queda claro que entre los morenos la inteligencia y capacidad política no están de su parte y que sus armas de destrucción masiva no sirven para combatir el juego político de los adultos.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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