Especial

Los años corren y…

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Enrique Vega “Chamaquis”

Coatepec, Ver.- a 14 de febrero de 1968.- Para hacer más emotivo y sentimental el sepelio de nuestra María Enriqueta, no sólo el pueblo llora, también el cielo derramó lágrimas que bañaron el severo féretro gris que sirvió de montaje a la literata cuando era llevada a su última morada. Los coatepecanos la recibimos desde el perímetro de la ciudad, en el puente sobre la carretera a Xalapa, y desde ahí en una interminable e imponente procesión, hasta el salón de Cabildos del Palacio Municipal.

La primera guardia la hicieron el Gobernador licenciado Fernando López Arias y su esposa, quienes en todo el trayecto y ya entrada la noche permanecieron en las honras fúnebres, después el licenciado Rómulo Campillo y el profesor J. Hermida y el licenciado Fernando García Barna, montaron la segunda guardia para que durante cuarenta minutos el pueblo se postrara ante la capilla instalada en ese recinto. Ahí la estudiante Neyla Polanco, la maestra de Concepción Viñas y el presidente municipal dirigieron  sentidas palabras en memoria de la desaparecida.

De ahí el recorrido, con breve pausa en el templo parroquial para emprender el recorrido final en hombros de sus paisanos que pesarosos no ocultaban su emoción.

Con las grandes de la literatura de habla hispana comparó el licenciado López Arias a la escritora coatepecana María Enriqueta, momentos después de hacerle otra guardia de honor.

La uruguaya, la chilena y la mexicana forman la trilogía de  escritoras más puras que hayan dado las letras castellanas. Emocionado visiblemente el licenciado López Arias contestaba a las preguntas de los periodistas estatales y nacionales. Estuvieron presentes los familiares de María Enriqueta, el ingeniero Miguel Pereyra y Don Antonio Roa Velázquez acompañado de su esposa Maura López de Roa y sus hijos Irma, María Antonieta, Aura Estela y Emma Margarita. La Universidad Femenina de Veracruz envió en su representación a  su presidenta Gema Odilia Garzón.

A un costado, el izquierdo de la moderna capilla recién construida en el cementerio municipal, reposan ya los restos de María Enriqueta. Al ser bajado el ataúd; ante la presencia de Coatepec entero, la señora Matilde Sánchez de Cervantes pronunció una oración fúnebre, la sucedió la señora María Luisa Serrano, enviada especial de la Asociación de Autores y presidenta del Club de
Mujeres Intelectuales de la República Mexicana. El coro de alumnas del Colegio Rebolledo entonaba música sacra. Plegarias, lágrimas, rostros graves, el adiós postrero.

Las sobras de la noche ya empezaban a caer y allá abajo en un puñado de su amada tierra y otro puñado de rosas de sus jardines fragantes quedó María Enriqueta…

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