Los centroamericanos
Martín Quitano Martínez
Y ya que en un descuido sale el sol
y un cauto optimismo inunda los mustios corredores
y una clemente tregüita se instala en este confín de la tortura
que les parece si nos tomamos un respiro
para escurrir la angustia y ponerla a secar
como una prenda más en el alambre pusilánime…
Victoria del vencido.
Mario Benedetti
“Todo está listo para los Juegos Centroamericanos 2014” dicen los discursos oficiales que enfrentan los rumores sociales y las notas periodísticas que desde diversos medios señalan las dudas sobre los procesos organizativos, particularmente sobre las condiciones de la infraestructura necesaria para el desarrollo de tan importante evento deportivo.
“Serán los mejores de la historia” se calificaron hace varios años estos centroamericanos 2014 que, en el “radio bemba”, son puestos en duda mayor a causa de lo que se observa de los espacios que alojarán el evento, para los que se reitera que “todo está en tiempo y forma”.
Llama la atención la frescura oficial para asegurar tales premisas, provocando risa en el sentir social el “aquí no pasa nada”, al ver su confrontación real en asuntos tan evidentes y sabidos como el de las villas que no fueron concluidas, al que de momento se da carpetazo para buscar hoteles, moteles, hostales, casas de campaña alquiladas a los 400 pueblos u lo que sea para que las delegaciones internacionales puedan ser hospedadas y gocen del “Estado Próspero”.
Los actos y ejercicios públicos son hoy más que nunca con el asunto de los Juegos Centroamericanos, el santo y seña de gobiernos proclives al encubrimiento de los desatinos, a la mentira y a la falta de cercanía con la sociedad. Las dudas no son espontáneas, se alimentan de la falta de capacidad para crear confianza y allegarse respaldo ciudadano.
La discusión pasillera, callejera, ahora mismo está en elucubraciones extradeportivas, con suficiente información contraria al no pasa nada, datos o revelaciones que deslucen y devalúan el optimismo oficial; el evento deportivo más importante de Veracruz marcado por los recelos incubados en las opacidades y las tradiciones de oficios reconocidos socialmente como poco apegados a las reglas, a la legalidad.
Veracruz entrampado, receloso, con miedo, con crisis que se muestra en la pobreza evidente, en el desempleo, en la inseguridad, Veracruz lastimado, vilipendiado por ejercicios públicos establecidos mayoritariamente sobre la impunidad, sobre el rio revuelto que construye fortunas privadas y que cancela desarrollos y crecimientos sociales.
Los centros urbanos que recibirán el evento centroamericano con las dificultades propias de ser centros atrasados en sus capacidades, y como muestra el mayor botón, la capital del estado, espacio donde la crisis social, de representación política y legal se suma a los problemas urbanos, donde el no pasa nada y todo se puede es auspiciado por autoridades locales omisas de responsabilidad pública que tan solo juegan el juego de sus intereses, frente a una sociedad que cuenta cada vez con menos ciudadanía.
La Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas esa Supersecretaría entrampada en el juego de referencias institucionales y personales del mayor descrédito, señalada recientemente, obliga a su titular a desmentir a nivel nacional que no hay de qué preocuparse, que los juegos contarán con las mejores condiciones para su desarrollo, que las dudas, rumores, comentarios que han oscurecido el diáfano proceso que se ha seguido para el arribo a los Juegos Centroamericanos, son habladurías de gente que tan solo busca denigrar.
Así es que este Veracruz que va para adelante tendrá los mejores juegos centroamericanos de su historia, veremos y creeremos.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
La ley del IPE monumento al albazo y la soberbia.