LOS CÓMPLICES
LOS CÓMPLICES
Pedro Peñaloza
“Los hechos no dejan
de existir sólo porque sean ignorados”.
Thomas
Henry Huxley
1.
Justicia mediática. Como resultado de la exigencia de poner freno a una arbitrariedad en contra de
dos mujeres acosadas por el fiscal Gertz Manero, la Suprema Corte aparece hoy
como un resplandor de justicia. Por supuesto, no podemos regatear la resolución
unánime que votó el pleno, sin embargo, debemos de ser cautos en la descripción
del hecho, máxime si nos atenemos al océano de injusticias e impunidades que
pueblan el país y que no son difundidas ni atendidas con el cuidado y la
pulcritud como el caso de referencia. Tengamos presente que el aparato punitivo
es selectivo, los pobres, sin impacto de reflectores, no tienen importancia.
2. Más
allá de las apariencias. ¿Qué tiene que pasar para que se detenga el abuso de los poderosos? En este
caso específico estamos en presencia de una confabulación de intereses, ya que
desde las instituciones públicas se fraguó un ataque a dos familiares del
titular del ministerio público federal. En efecto, la Fiscalía de la CDMX
imputó a Alejandra Cuevas Morán, presa desde octubre de 2020, el supuesto
homicidio doloso de Federico Gertz Manero, hermano del Fiscal, bajo la figura
de “garante accesorio”, la cual, de acuerdo a la resolución de la Corte, no
tiene sustento. Está claro, que Rafael Guerra, presidente del Tribunal de
Justicia de la ciudad, y Ernestina Godoy, fiscal de la capital, son
corresponsables de “una afectación injustificada por parte de los órganos del
Estado a su derecho de libertad”, si nos atenemos a las palabras del Ministro
José Luis González Alcántara Carrancá.
3. La
impunidad en vivo. A la
pregunta expresa de un reportero, el presidente López Obrador afirmó que,
“mantengo mi confianza en el Fiscal Gertz Manero”. Es decir, se acumulan las
irregularidades expuestas y documentadas en contra de Gertz y, el inquilino de
Palacio Nacional, lo sigue viendo confiable. ¡Caramba! ¿No que la llamada “4T”,
encabezada por el mismísimo López Obrador, terminaría con la corrupción e
impunidad? Pues no. Las palabras fueron apabulladas por la necia realidad.
Epílogo. La ruta que ha seguido el tabasqueño es
la de exorcizar sus promesas de campaña, de “olvidarse” de su radicalismo
nacionalista y convertirse en un simple detractor de sí mismo. Por ejemplo,
ante la asignatura no cumplida de garantizar la llamada seguridad pública,
deuda que ha convertido al país en un cementerio, el presidente sólo atina a
repetir que “vamos bien”. Se autocomplace. Sordo a la crítica, conformó una
cofradía de cómplices e incondicionales, que sólo ven un México de fantasías.
Alimentando un egocentrismo enfermizo.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz