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LOS CULPABLES DEL FRACASO DE PUMAS

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LOS CULPABLES DEL FRACASO DE PUMAS

Alejandra Benítez                                

Agencia Reforma

 

Ciudad de México 17 mayo 2024.- Mucho que decir después de la eliminación de los Pumas, 13 años sin ganar un título de Liga y la inversión de este torneo rondó los 11 millones de dólares, que no redituaron en lo deportivo.

 

 Muchos culpables a lo largo de las 17 jornadas, desde el cuerpo técnico hasta los jugadores que quedaron a deber.

Cuerpo técnico

 Gustavo Lema tomó la dirección técnica del equipo tras la renuncia intempestiva de Antonio Mohamed. El argentino había sido por más de 20 años auxiliar del «Turco» y se consideró que podría con el paquete para darle continuidad a lo que se hizo con el antiguo estratega.

 

 Sin embargo, Lema falló en diferentes encuentros, sufrió para encontrar el once ideal y a los jugadores idóneos para su esquema táctico, en varios partidos tardó en hacer los cambios y le costó trabajo sentar a gente de jerarquía como Eduardo Salvio y Rogelio Funes Mori.

 

 Su trabajo con la cantera fue escaso, debutó al defensa Mateo Casares, pero no le dio continuidad.

La defensa

 Nathan Silva fue una decepción, pues aunque se trate de un buen defensa central, con técnica y liderazgo, se hizo expulsar en cuatro ocasiones a lo largo del torneo, lo que trajo problema al equipo y en los partidos posteriores.

 

 El estratega sufrió para tener laterales confiables: Jesús Rivas se lesionó, Pablo Bennevendo encontró su mejor versión en los últimos encuentros y Adrián Aldrete aportó muy poco, solo jugó 5 partidos como titular, mostrando que sus mejores años pasaron hace mucho tiempo, por ello, la directiva no lo renovó.

Eduardo Salvio

 El argentino Eduardo Salvio fue designado como capitán del equipo, el técnico Gustavo Lema habló maravillas de su desempeño y trabajo en la cancha, pero en los momentos clave el jugador desapareció.

 

 En las primeras cuatro jornadas sorprendió con su movilidad y aporte a la ofensiva, parecía como si quisiera ganarse cuanto antes la renovación de su contrato, pero conforme pasó el tiempo y la directiva aplazó el tema, vino a menos y quedó a deber.

 

 Para la afición no paso desapercibido y los abucheos se presentaron cada vez que el equipo jugaba de local, se rompió la armonía entre el volante y la tribuna,

 

 La directiva de Pumas decidió dejarlo libre al finalizar el torneo, pues además su salario era de los más altos en el equipo, su salida les permitirá ir por nuevos refuerzos de jerarquía.

Rogelio Funes Mori

 El delantero llegó en medio de grandes expectativas, fue el goleador histórico de Rayados con 160 dianas, pero con Pumas apenas jugó 4 partidos de titular e hizo un gol.

 

 Podría argumentar que estuvo lesionado desde la Jornada 2 y que reapareció hasta la 11, pero, aún así, no se le vio compenetrado con sus compañeros de ofensiva, le faltaron argumentos para sostenerse como titular. En resumen: una decepción.

Piero Quispe

 Llegó al equipo auriazul con etiqueta de ‘crack’, desde Perú se hablaron maravillas de él, le costó trabajo la adaptación y su peor enemigo fue el técnico Lema, que se empeñó en colocarlo en el mediocampo, junto a los contenciones para hacer labores donde no lucía.

 

 Cuando lo ubicaron en la ofensiva, Quispe se hizo sentir en algunos partidos, aunque todavía le falta madurar y aprender a dosificarse. En muchas ocasiones se prodigó en regates, pero al momento del último toque falló y no supo asociarse con los delanteros.

Julio González

 A lo largo de varios encuentros fue clave para mantener el cero, pero en otros encuentros sus errores afectaron al equipo. El arquero tendrá que trabajar en la concentración y en aprender a serenarse en los momentos clave, pues también de eso dependerán sus futuras convocatorias a la Selección Nacional.

Los otros

 También hubo momentos en que César Huerta perdió la brújula y en que la afición se cuestionó la presencia de Ulises Rivas.

 

 El «Chino» fue un incansable para buscar balones, pero le faltó serenidad para ofrecerle más balones a modo a los centros delanteros del equipo, menos individualidades y más juego de conjunto.