Los disgustos por el puente del Obrador
René Sánchez García.
En el camino que va de la sexta a la séptima calle de Francisco Hernández y Hernández, existe todavía un viejo y bello puente, mismo que forma parte de la historia colonial de nuestro Coatepec. Los laterales y la piedra de río que son soportados por esos arcos que nos recuerda la influencia de los españoles, aún se conservan casi originales. No recuerdo que administración municipal se le ocurrió construirle un andador a su lado derecho que vino a quitarle ese sabor tradicional o mágico.
Recuerdo que por allí pasaba un riachuelo, mismo que de agua limpia y transparente pasó, a consecuencia de los asentamientos humanos, a un caño de aguas negras y pestilentes. Hace pocos años, a un lado de este hermoso puente, se construyó una pequeña unidad deportiva de tipo privado. Quienes lo diseñaron se vieron en la necesidad de entubar la corriente del agua, que en tiempo de lluvias sí es considerable su caudalaje. Lo anterior permitió que el agua reconociera su cauce anterior y dañara sus estructuras fundamentales.
Este daño al puente sucedió después de un torrencial aguacero, que además de inundarlo (pues sus respiraderos nadie los destapa), movió con su fuerza algunas de las piedras del piso, motivando su inutilización. De inmediato los elementos de Protección Civil cumplieron con su cometido e impidieron el paso de los vehículos y camiones, recomendando utilizar vías alternas. Hasta allí todo parecía estar en orden, pero resulta que las autoridades municipales nada, absolutamente nada, han realizado por repararlo durante estos casi 25 días últimos.
El asunto es que como siempre suele suceder, algunos vecinos de la nueva colonia “Los carriles”, se sienten bastante molestos porque con el paso de los vehículos pesados, sienten las vibraciones dentro de sus hogares o propiedades y temen puedan dañar sus casas. Cuentan y dicen que ya se entrevistaron con el señor presidente municipal, pero que la respuesta no fue satisfactoria, debido a la carencia de presupuesto para obras. Otros en este momento se encuentran recolectando firmas para pedir que por allí nadie circule con autos y camiones, al grado de pensar cerrar dicha vía que conecta con el andador arboleado que lleva el mismo nombre.
De llegarse a estos extremos, todos los vehículos tendrán que dirigirse hasta el final de la calle de Hernández y Hernández, pasar por ese camino donde se encuentra un jardín de niños y dar vuelta para bajar (o subir, claro está) hasta el centro de descanso que cada año visita la actriz cinematográfica Elsa Aguirre. El asunto es que a los inconformes nadie les hace caso y se sienten molestos, enojados y descontentos con ustedes saben quién. Si todas esas calles por las que se pretende que ahora circulen los autos y camiones no tuvieran baches, pues no habría problema alguno; pero pienso en estos meses de agua y frío en la gente sin auto tendrán que caminar hasta donde se les ocurra a tránsito poner los urbanos y taxis.
¡¡ Ya veremos qué pasa en estas próximas semanas con “el puente roto, me llamo yo”!!
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