Los eslogan
LOS POLÍTICOS
Los eslogan
Por Salvador Muñoz
Candidatos al Grito de Guerra… no, no parafraseo el Himno Nacional… me refiero a los eslogan que cada aspirante a la silla presidencial municipal o curul local utilizan para darse a conocer o de cierto modo, poner su sello a la campaña que inició este martes. Sí, exacto, “eslogan”, palabra de origen gaélico escocés, significa “Grito de Guerra”.
Así que
esta mañana del martes, me desperté con varios de ellos, como por ejemplo el de Beto Silva (PVEM), “que vuelvan los tiempos felices”. Por supuesto, habrá a quien les agrade y a otros no, pero si saco este eslogan de Tuxpan y lo llevo a mi contexto, podría empezar con la idea de que tengo un presidente del país que no es feliz, que se la vive peleando con los empresarios, con los medios, con el INE, con los jueces, ¡con todo mundo! Su infelicidad entonces parece que permea a muchos de sus seguidores. En Tuxpan, realmente no sé si tengan motivos para estar tristes por el trabajo del actual alcalde o si esa sensación se extienda por la labor estatal y hasta federal, pero lo que sí es una realidad,
es que si antes éramos un México jodido, pero feliz, hoy todo indica que somos un país jodido y triste. Avalo el eslogan del Cisne: La felicidad es una decisión.
El eslogan de la candidata a diputada local por el Distrito XI de Xalapa, Lilian Cerecedo, es “¡Sí hay de otra!”, que es una invitación a un cambio, o como ella lo ha dicho: quedarnos como estamos o le damos un giro a Xalapa. La percepción es que en cuatro años, la capital de la entidad se estancó y en el anterior año y el que corre, llegó al grado de empantanamiento donde se combinó las ausencias de estrategias, de empatía, de experiencia, y si me apuran, hasta de imaginación que no sólo se concentraron en la autoridad municipal, sino también en mucho en la labor de los diputados locales y federales junto con sus senadores y el gobernador… Lilian Cerecedo con su eslogan te advierte que tras los cuatro años que se vivieron con Hipólito y tres con el resto, “¡Sí hay de otra!”
David Cerero, candidato de Redes Sociales Progresistas a
diputado local por Emiliano Zapata, usa el eslogan “Contigo se puede!” Por si no recuerdan a este joven, hay dos
historias que contar: la social y la romántica.
Por un
lado, inició ya hace algunos años una asociación civil llamada Dando Cambios Contigo. Me tocó en más de una ocasión verlo como puente con la gente llevando lentes, aparatos auditivos, así como otros apoyos a bajos precios. Cuando lo conocí, iba siempre acompañado de su esposa, Zu Alcántara, quien es parte de la segunda historia de este joven. Zú Alcántara fue candidata a diputada federal por el Distrito IX Coatepec, en 2015. David Cerero llegó a apoyarla en medios y relaciones públicas… Zú perdió una elección pero ganó un amor.
El “Contigo se puede!” de David Cerero es una invitación a la sociedad a participar, de que si algo se puede hacer es con la participación de la gente. Me gusta el eslogan de este joven de RSP.
Manuel Rosendo Pelayo busca la alcaldía de San Andrés Tuxtla. Más conocido como “Chendo” por los cuates, trae como eslogan “¡Lo bueno siempre vuelve!”, quizás algo parecido a “Todo tiempo pasado fue mejor” y si bien suena a que la actual administración está del nabo, no deja de verse optimista, positivo el mensaje del sanandrescano. ¡Me lo quedo!
Para cerrar estos comentarios, tomo el “Por Amor a Fortín”, de la maestra Lidia Aguirre, originaria de Guadalajara, pero que llegó a esa ciudad de las Altas Montañas a dar clases y se enamoró, literalmente, tanto de un vecino (el Doctor Marañón) como de Fortín. A muchos que hemos llegado a otra ciudad, nos pasa. Nos enamoramos de su gente, de sus calles, de sus olores… y si la maestra busca la presidencia municipal es porque realmente quiere, ama la ciudad…
PD. El Coyame Rubén Carrasco merece ¡mención especial! Su eslogan “Mi coalición es con el pueblo” aunque lo cita, no va dirigido al “bueno y sabio”, sino a sus contrincantes por la candidatura a diputado por el distrito VIII de Misantla, que rechazaron la alianza. Hablamos de Gustavo Morena y Román Bastida Huesca. Lo citamos por lo sui generis del caso donde en lugar de buscar hacer química con la raza, prefiere proyectar su enojo contra sus hoy enemigos.