Los Estorbos
Los Estorbos
Por
Pedro Peñaloza
“Lo
único que necesita el despotismo es el miedo.
La
virtud no le hace ninguna falta y el honor sería peligroso”.
Montesquieu
Es evidente que al presidente
López Obrador le incomoda el pensamiento independiente y crítico, por eso, casi
todos los días despotrica contra periódicos, canales de televisión y de radio.
Sus blancos preferidos son articulistas y analistas de distinto peso. Desde el
púlpito del Palacio Nacional pontifica y reprueba. No convoca al diálogo entre
los distintos.
Ahora, en esta misma línea
excluyente, AMLO ha decidido volver a poner en funcionamiento una intensa
campaña por la desaparición de algunos organismos constitucionales autónomos
(antes intentó desaparecer al CONEVAL). El contenido de su discurso es pedestre,
al decir que dichas instituciones son producto del Neoliberalismo y que fueron
“paleros” que avalaron la corrupción.
El tabasqueño omite señalar que,
en varios casos, son producto de antiguas luchas para evitar la
discrecionalidad de los gobiernos en el manejo de los recursos públicos. Su
especial ofensiva contra el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la
Información y Protección de Datos Personales (INAI) no oculta el propósito de
tales ataques. El inquilino de Palacio Nacional no quiere transparencia en el
manejo del dinero de los contribuyentes. Por eso, se atreve a plantear la
barbaridad de que el INAI desaparezca y sea la Secretaría de la Función Pública
la que asuma sus funciones. Parece una broma de humor negro.
Pero eso no es todo. En un
desplante de ignorancia, también intenta desaparecer el Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT) cuyo organismo está incluido en el T-Mec con EU y
Canadá, como un ente autónomo e independiente al ejecutivo. Eliminarlo implica
una renegociación con los signantes. Técnicamente, la lanzada autoritaria del
presidente implica la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. No le
importa. Ya lo logró con los fideicomisos. Basta desempolvar expedientes de
algunos opositores.
Estamos en presencia de una
regresión antidemocrática y violatoria del derecho de los ciudadanos a exigir
la rendición de cuentas. El equilibrio de poderes no es ahora simplemente el
ejercicio de las tres divisiones clásicas. Los organismos autónomos son parte
del Estado y son contrapesos reales que favorecen la lucha contra la
corrupción. El objetivo debe ser “democratizar la democracia”, diría
Boaventura. Más allá de las rutinas sufragistas.
El presidente ataca lo que no
puede controlar. Le estorban. Recordemos que existen diez organismos
constitucionales autónomos. Su ofensiva es clara (ya vimos lo que hizo con la
CNDH). Entre dichas instituciones se encuentra la UNAM. Que nadie lo dude, está
en su lista de estorbos para la opacidad y su despotismo. Es necesario
reaccionar. Cuidado.