OpiniónPedro Peñaloza

LOS INSULTOS COMO ARGUMENTO

Comparte

LOS INSULTOS COMO ARGUMENTO

Pedro Peñaloza

 

“El gobierno despótico es un orden de cosas

donde el superior es vil y el inferior es envilecido”.

Nicolas Chamfort

 

Ni duda cabe, para el habitante de Palacio Nacional las diferencias políticas únicamente se resuelven con la competencia de contingentes en la plaza pública. Nada de diálogos o debates, eso no sirve para quien tiene una visión dicotómica de la política. Por eso, ante el acto del pasado domingo en la plancha del Zócalo, donde se reunieron alrededor de 300 mil ciudadanos para exigir que la SCJN evite el atraco que se quiere hacer desde el poder, López Obrador está convocando para el 18 de marzo, con el pretexto del aniversario de la expropiación petrolera, una respuesta para demostrar su aceptación y hegemonía. Ya se sabe cómo se las gastan en la 4T para “movilizar” a sus seguidores.

Los dichos e insultos que ha proferido el tabasqueño durante la semana pasada y ésta, contra la concentración dominical, únicamente pueden tener dos explicaciones: la primera, su tremendo coraje y rabia por la interpelación masiva que se le hace desde la Plaza de la República; y, la segunda, es por su ya conocido nivel conceptual y cultural, el cual lo expresa cotidianamente cuando se siente acorralado y que no le permite ver más allá de sus prejuicios.

Lo que ha ratificado el ciudadano presidente es que su objetivo central es seguir polarizando, con su discurso maniqueo “liberales contra conservadores”, con el fin de evitar entrar en un debate de argumentos e ideas, porque sabe que ahí está perdido. Es preferible descalificar y calumniar que explicar las razones políticas y sociales del porqué cientos de miles de personas salen a la calle a plantear sus diferencias con el grupo gobernante.

Claro, las posturas están dirigidas a sus clientelas para afianzar una especie de religión, que como todo dogma no requiere explicación. La línea es mantener en la oscuridad cualquier razonamiento, no sólo de su “plan B” electoral, que ni siquiera leyó él o la mayoría de sus legisladores, sino la génesis de la debacle de sus principales promesas de campaña: ahí está la llamada seguridad pública, la salud, la educación y el crecimiento económico, como ejemplos emblemáticos.

Por lo pronto, la SCJN estará sometida a todo tipo de presiones. Para eso está el “comisario del pueblo” desde la UIF, la FGR, Gobernación y los insultos en la mañanera. Ahora mismo insiste en su alud de ataques al poder judicial. El panorama no es sencillo. Tengamos presente que se requiere una mayoría de ocho votos para declarar la invalidez. Estemos conscientes de ello. Cuidado.

@pedro_penaloz