LOS LIBROS DE USO
LOS LIBROS DE USO
Rafael Rojas Colorado
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx
Cierto misticismo envuelve a los libros de uso,
penetrar en sus amarillentas hojas nos provoca la sensación del transcurrir del
tiempo, la polilla y el hedor a húmedo lo confirman y las fechas de su edición
y añejas pastas nos arrancan un lento suspiro y pensamos en aquellos ayeres en
los que fueron nuevos y, pasando de mano en mano, luchando contra el tiempo,
han sobrevivido para llegar a nosotros confiándonos su interesante contenido.
Esta inquietud nos llevó a conversar con Rafael Alejandro Hernández,
joven vendedor de libros usados y nos contó su propia experiencia.
En su adolescencia Rafael Alejandro fue un ávido
lector, amante de interesantes textos que le fueron nutriendo el espíritu de
conocimiento y sabiduría; pensó, entonces, que quedarse él solo con el
conocimiento era injusto y, sin pensarlo más, reunió la mayoría de sus libros y
se fue a la Unidad de Humanidades a exhibirlos a los jóvenes estudiantes, los
dispuso para la venta y con alegría evoca el primer texto que vendió: “Himnos a
la noche”, de Novalis. Ese día se embriagó de entusiasmo y alegría,
prometiéndose a sí mismo que se dedicaría a la compra-venta de libros usados;
el milagro de descubrir una vocación se manifestó en ese maravilloso día en que
contaba con 22 años de edad, el calendario señalaba el año 2004.
Conforme transcurría el tiempo se iba nutriendo de
experiencia y empezó a observar los libros, amarlos y conocerlos, dándose
cuenta de que cada texto tiene una interesante historia que contar; esto es
sugestivo, porque algunos libros fueron sellados en alguna de sus páginas por
su primer dueño. Otros poseen estimativas dedicatorias y aún así, por las
diversas circunstancias, se escapan de las manos de sus dueños y su destino los
conduce por diversos caminos al estante de cualquier librero que se dedica a este
negocio. Rafael cuenta que uno de sus libros perteneció a una persona que
purgaba una condena en la cárcel y en sus hojas están escritas algunas
vivencias que el recluso experimentó en eso años de castigo y sufrimiento; esto
nos conduce a una profunda reflexión acerca de esa vivencia carcelaria.
Rafael Alejandro Hernández encontró un buen socio
de nombre Dante Marino Nuñez, con quien atiende la librería “El Hombre
Ilustrado”, en la calle Francisco Moreno, entre Ávila Camacho y Ruiz Cortines.
Nos comenta que lo que más se vende es la literatura latinoamericana, se vende
mucho a Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, José Emilio Pacheco, Carlos
Fuentes y Monsiváis, entre otros de buena aceptación; pero lo más emocionante
es atender al cliente que busca el título de un libro de uso: esto significa
sumergirse en los laberintos del tiempo, para conocer la raíz de la edición.
Hace algunos años Rafael Alejandro y su socio Dante
Marino iniciaron una labor social: reunir una buena cantidad de libros usados y
donarlos a las bibliotecas de las comunidades rurales; este proyecto ha tomado
fuerza y en la actualidad se unieron otros libreros altruistas, persuadidos por
sus precursores. El proyecto movió a un joven estudiante a hacer una tesis
profesional al respecto de la iniciativa de esta noble causa.
Rafael ha participado con su negocio en treinta
ferias del libro que incluyen: Veracruz, Córdoba y, por supuesto, Xalapa. Está
casado y es padre de tres hijos y en los libros de uso encontró una fuente de
ingreso para el disfrute de la familia, pero también un universo de
conocimientos en el que diariamente nutre su espíritu de sabiduría.
Publicado originalmente 24 de
agosto de 2015