Los simuladores
Los simuladores
Pedro
Peñaloza
“La palabra es el espejo de la acción”.
Solón
Primer
acto. Un
ciudadano que vive en un palacio, que cuenta con todos los servicios, los
cuales son sufragados por las contribuciones de una masa de cumplidos
terrícolas y, además, recibe un salario muy superior al ingreso de la mayoría
de la población, se enlaza en su cuenta de Facebook o Twitter, para informar
que sembrará un arbolito en un lugar que no es de su propiedad. Es tierno su
discurso y habla de las propiedades del ahuehuete. Esparciendo miel verbal. Sin
embargo, ese mismo sensible “sembrador” no ha dudado en destruir la flora y la
fauna para poner en marcha un cuestionable y cuestionado tren, y tampoco en
afectar el medio ambiente con energías contaminantes mediante sus proyectos
prioritarios.
Segundo
acto. Un
partido que es todo menos partido, lleva a cabo un proceso demoscópico para
nombrar a sus dirigentes (presidencia y secretaría general). El desaseo en la
jornada es notable. Dos candidatos se disputaron el poder: por un lado, un
remiso militante multicolor, saltimbanquis y especialista en el oportunismo;
por otro, un empleado grisáceo, dispuesto a obedecer a sus jefes (AMLO y
Ebrard) sin ningún reparo.
El nuevo presidente de Morena ha cumplido bien su
cometido: nombrar los candidatos a gobernadores, mediante encuestas que no se
sabe quién las hizo. Sólo los incautos o fanáticos ignoran que el “dedazo” vino
de Palacio Nacional. Sí, como se hacía en los gobiernos que tanto critican. Es
previsible que la rebelión de los perdedores será acallada y no prosperará, así
es el poder despótico. Quizá veamos a esos mismos morenistas abanderando a
otros partidos. Las convicciones y los ideales poco valen. Como solía suceder.
El déjà vu.
Tercer
acto. Un joven
imberbe ejerce su indiscutible derecho a vacacionar en una playa mexicana, sin
embargo, se le “olvidó” que es el principal promotor de la estrategia
sanitarista del gobierno y quien ha insistido en poner en práctica
restricciones en la movilidad. Su jefe máximo lo defendió, diciendo que “ha
trabajado mucho”. Impecable mensaje que no dirigió a los miles de médicos y
enfermeras.
Es claro, que, con estos ejemplos se puede formular
una pregunta llena de candidez: ¿existe
alguna diferencia entre el gobierno actual y las prácticas del pasado? El
autoritarismo y la doble moral de AMLO supera cualquier desplante de otros
dirigentes anteriores; es más, ejerce una mezcla de perorata
nacionalista/nostálgica mezclada con políticas económicas neoliberales dando
prioridad a la estabilidad macroeconómica, compensada con un fuerte gasto en
programas asistencialistas para navegar con las desigualdades. Sí, no nos
extraña, son simples simuladores.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz