LOS TAXIS SIMILARES
· Circulan numerosos vehículos sin placas de taxis
· Se comieron la gallina que ponía los huevos de oro
· El negocio de las concesiones dejó de ser lucrativo
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Durante muchos sexenios, en el Estado
de Veracruz, el negocio de los taxis era sinónimo de prosperidad, ya que
quienes tenían un juego de placas recibían automáticamente una buena renta que
les permitía vivir con toda tranquilidad, hasta que al término de la
administración de Fidel Herrera se decidió “comerse la gallina de los huevos de
oro” y se repartieron las concesiones como si fueran volantes de mano.
Las placas de taxi eran una forma de
control político, pues quienes las tenían y habían sido beneficiados, tenían
también la obligación de participar en acarreos, marchas y mítines políticos de
los candidatos en turno.
También eran una forma de pagar favores
por servicios al gobernante en turno.
Incluso muchos periodistas tenían no
uno ni dos, sino una flotilla completa de varios taxis.
Porque al final de cada gobierno,
recibían una nueva concesión y así se iban favoreciendo de su relación con el
poder en turno.
Hasta que al término de la
administración de Fidel Herrera Beltrán, se vendieron no cientos, sino miles de
placas de taxi en todos los municipios del Estado, con lo que se saturó la
oferta de concesiones y su cotización bajó considerablemente.
El negocio de las concesiones de taxi
dejó de ser atractivo y lucrativo, incluso quienes compraron placas tuvieron
que dejar parados sus vehículos porque no sacaban ni para cubrir los gastos de
gasolina, mantenimiento y pago del chofer.
Ahora que estamos en los tiempos de la
Cuarta T, en que ya no se hacen las cosas como antes, se ha empezado a
registrar otro nuevo fenómeno que afecta a los trabajadores del volante que
tienen que competir por la clientela y finalmente a los propietarios de las
concesiones.
Resulta que ahora además de los miles
de taxis que tienen sus placas, están circulando un buen número de taxis -que
pueden resultar piratas- porque no traen las láminas, sino que únicamente traen
un permiso para circular.
Pero como se trata de un buen número de
taxis, pareciera que se estuvieran duplicando, los que andan con las placas y
los que traen un papelito pegado el cristal.
Se supone que cuando un taxi con placas
deja de circular por alguna razón, entonces pueden sacar un permiso temporal
para seguir trabajando.
Pero el hecho de que sean muchos lo que
andan sin las placas y con “permiso para circular” hace pensar que algún
funcionario está aprovechando la situación para llevar el agua a su molino.
Por eso sería saludable y conveniente
que el Secretario de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado que anda
organizando retenes para detectar autos chocolates, o motociclistas sin
permisos, lo hiciera extensivo para checar como está eso de los taxis piratas.
Hay que recordar que ya en pasadas
administraciones estatales, cuando se viene el cambio de funcionarios y se
empiezan a revisar los modus operandi, se detectan las irregularidades que se
cometieron desde las oficinas de gobierno.
No es casualidad que incluso, hasta un
Director General de Tránsito haya ido a parar hasta el penal de Pacho Viejo,
luego de que se descubrieron la forma en que se estaba trabajando en esa
dependencia.
Por eso dice Pancho López, el filósofo
xalapeño ateniense que “los carniceros de hoy, serán las reses del mañana”
cuando ya no tengan el poder y se empiecen a conocer sus trapitos al sol.
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