LOS TIEMPOS DEL SEÑOR
LOS TIEMPOS DEL SEÑOR
Martín Quitano Martínez
“Existe
una simulación de la inteligencia, como hay una simulación de la virtud”
Remy de
Gourmont
“Los tiempos del señor” son
perfectos: Adán Augusto dixit. Son estos tiempos los que marcan calendarios
políticos más allá de la ley y las instituciones; los que adelantan procesos,
definen quehaceres y acentúan las dificultades de responsabilidades de gobierno
y administrativos. Son los que desatan los cálculos y aspiraciones de los
competidores que él acepta como tales, a los que cariñosamente les llama “sus
corcholatas”.
Revive con inaceptable
fortaleza la ignominiosa tradición priísta del “tapado” en su versión
barriobajera de las corcholatas. Continuidad de una tradición que parecía
rebasada respecto de quienes podrían aspirar a ser los beneficiados del gran
dedo elector del jefe político y máximo del todopoderoso grupo gobernante que
desprecia las reglas y los límites legales.
Observar a los personajes
designados tan despreciativamente, sonreír emocionados, implica que están
dispuestos a asumir que la calificación, es un gesto favorable del juego
político impuesto por el que toma las decisiones. Así que, si se quiere jugar
para ganar la presidencia, habrá de agradecerse el insulto, porque es una forma
de inclusión, además de mostrar total obsecuencia en alabar al jefe máximo y
garantizar la continuidad de su legado. No se necesitan luces propias, ni proyectos
nuevos, solo obediencia ciega.
Sin rubor, acatando los
tiempos del señor, las corcholatas parten a los caminos para predicar sus
bondades sin más recato que la voluntad misma. Vulneran los marcos legales, las
reglas que para esas acciones se han definido, pero no importa porque son las
corcholatas del poderoso. La legalidad electoral tendrá que esperar las
interpretaciones que en su momento se escojan para saltar los obstáculos,
porque esas normas solo son unas camisas de fuerza que no aplican para quienes
encarnan las voluntades populares y están muy lejanos de las ortodoxias
terrenales. ¿O me van a salir con que la ley es la ley?
De los muchos apóstoles, a
tres les han abierto el camino para placearse, sin importar que aún falte mucho
tiempo para las precampañas, pasando por alto los problemas en los que nos
encontramos como nación. El fuertemente cuestionado desempeño gubernamental y
la vida política serán sometidos a un esfuerzo y distractor adicional de cara a
la sucesión nacional. Para un amplísimo número de funcionarios y políticos del
actual régimen se deberá encontrar el cómo y con qué se promueven los
aspirantes que han sido envestidos como corcholatas oficiales, enmedio de las
pujas internas de los grupos, las zancadillas, los golpes o las traiciones que
surgirán mucho antes de lo planeado.
Todo es prematuro. adelantado.
Los preparativos de la sucesión dos años antes. El ruido, el caos de las
lealtades, los gastos adicionales, los dineros opacos, los posibles usos de
recursos públicos, los ánimos exacerbados, las movilizaciones, ocurriendo
cuando aún no es la hora.
Los complejos momentos que
vivimos adquieren en muchos apartados carácter de tragedia y es difícil
entender cómo se privilegia una discusión que tendría que correr en otras
condiciones y tiempos en lugar de atender mejoras urgentes de la convivencia
social, de concilios necesarios y soluciones
ante las crisis.
Lo que queda claro es que nada
es más importante que los tiempos del señor.
DE
LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Las metas de México
para contribuir a la reducción de emisiones contra el calentamiento global no
se cumplirán, pero no importa, ya andamos en campaña.