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Los XV de Kimberly

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Los XV de Kimberly

Por Salvador Muñoz

Al correo de este columnista, llegó la carta de un padre de familia que narra las terribles circunstancias en las que se ha visto envuelto, juzgado por medio mundo, pero abogando a que cualquier proveedor familiar, una vez que haya concluido la lectura, comprenda su situación… a continuación, el texto:

“Mi Kimberly tenía una ilusión ¡y quién soy yo para no cumplírsela! Sobre todo cuando ahora hay lodo y ni modo de que no nos atasquemos, porque quién sabe después del 21…

“¡Claro! Yo hubiera querido darle a la Kimberly un viaje, porque ya ven que dicen que los viajes ilustran, y ya estábamos armando el paquete acá en la Ciudad de México, para llevarla al Chapultepec, a Xochimilco, a Six Flags, ¡hasta al “Sumaye”, porque déjenme decirle que le hablé a la Sheinbaum, y me iba a salir casi gratis el viaje, ¡cuando se enteró mi Kimberly! ¡Huy, no! Ella quería irse a las Europas, conocer España, Francia, Suiza, Holanda… hice cuentas y tuve que despedir a su hermano Kevin para que me alcanzara para el viaje al otro lado del charco… ya había conseguido un viaje económico para todos, cuando mi hija que me dice ¡que a dónde iba toda la pinche familia! ¡Eran sus quince, no de todos!

“Ganas no me faltaron de quitarme el cinturón y soltarle dos o tres trancazos ¡pero que me acuerdo de mi compañero Rubén! ¡Nooo! ¡Capaz que la canija de Kimberly me balconea igual de feo que exhibieron a mi camarada… ¡Ja! Que deja el Congreso para un proyecto personal… ¡nombre! ¡más bien para atender un asunto personal!

“Total que le dije a la Kimberly: Ah! no quieres que te acompañemos! ¡Pues te chingas! Ahora van tus quince años!

“Que me llora, que me patalea, que me hace berrinche peor de los que hizo Porfirio Muñoz Ledo cuando le dijeron que iba una tercera encuesta… pero así como resistimos a don Porfirio, igual nos aguantamos con la Kimberly… no cedimos!

“Todo iba bien… y para que no me criticaran mis críticos, me propuse hacer unos XV Años austeros, republicanos, elegantes pero sin llegar a fifí, eso sí, de pueblo, pero no conservadores ni liberales… ¿cómo? ¡Fácil! Le busqué a la Kimberly sus padrinos!

“Como madrina de adornos, pensé en Xóchitl Arbesú, porque es muy buena para estar de adorno…

“Como madrina de arreglos, la Fiscal Verónica Hernández… ya ven cómo le arregló sus asuntos a Manuel Huerta y a Rubén Ríos Uribe…

“Como padrino de invitaciones, a Esteban Ramírez Zepeta, con eso de que en sus eventos metía hasta a mil personas y sin broncas sanitarias…

“La madrina de muñeca por supuesto que sería Jessica Ramírez… ya ven que ahora luce como una Barbie tehuana…

“Padrino de vestido, Cuitláhuac… pero como no es capaz de llenar la investidura de Gobernador, decidí mejor comprarle yo el vestido…

“A mi camarada Ana Miriam le pedí que fuera madrina de Pastel… mi Kimberly pidió que fuera de coco, y cuando me dijo Ana Miriam que no había visto la película, decidí comprarlo también…

“No sabía a quién pedirle que fuera Padrino de Brindis… pero Sergio, el Procurador del Medio Ambiente, ¡se ofreció amablemente!

“La Kimberly ya se había apalabrado con los chambelanes y todos sus cuates… ¡Eso sí! tratamos de no invitar a ningún familiar porque capaz que acusaban nepotismo en los XV Años y la verdad, ya no quisimos arriesgarnos…

“¡Y sí! ¡armamos el pachangón! ¡un chorro de barbacoa! ¡frijolitos! ¡Aguas de sabores! ¡Tamalios y pan de muerto! Y si bien, no fueron muchos los invitados, como 50… no, menos, unos 120, podemos garantizar que se cubrieron todos los protocolos sanitarios que marca la Cuarta Transformación: a cada invitado se le entregó su “Detente Enemigo” con la imagen de nuestro Presidente; un trébol de cuatro hojas, un billete de dos dólares, así como la carta-compromiso de cada uno de los presentes de que no mentían, no robaban ni traicionaban y así evitar contraer el Coronavirus, lo que daba a cada uno de ellos, la Fuerza Moral necesaria para que todos los presentes tuvieran la seguridad de que nadie se podía enfermar en la fiesta de mi Kimberly…

“Conocidos ya todos los antecedentes, sólo me queda preguntarles queridos padres de familia: Ustedes, ¿qué no hubieran hecho por una hija?


“Atentamente
Maleno”
Hasta aquí el testimonio de una carta que sólo en la parodia política, es posible leer…