MÁS ALLÁ DE LO FORMAL
MÁS ALLÁ DE LO FORMAL
Pedro Peñaloza
“Cada época no sólo
tiene su propia tecnología y formas políticas,
también tiene su propio
estilo de hipocresía”.
León Trotsky
Ahora,
López Obrador ratificó su alergia, incluso física, a personas de otro
pensamiento. Ni siquiera quiso tener cerca a los distintos, no importó que
fueran representantes de los otros poderes de la Unión. Mandar mover los
personificadores de los representantes del Poder Judicial y la Cámara de
Diputados, en la mesa de honor de la ceremonia de conmemoración de la
Constitución, fue el extremo de la soberbia y la torpeza.
Ya que era
un acto republicano, procedía que los tres poderes presidieran el evento, encarnados
en el titular del poder ejecutivo, la presidenta de la SCJN y los
representantes de los Congresos. Este formato que parecía normal, AMLO lo
convirtió en un acto de desprecio contra Norma Piña y Santiago Creel, por sus
diferencias evidentes. La postal enviada fue clara: las fuerzas castrenses
escoltando al presidente.
Este
desplante del tabasqueño contrastó con su comportamiento en los años
anteriores, cuando la ubicación de los representantes fue distinta, con lo que
se evidenció una reacción hormonal ante la coyuntura actual. Claro, lo esencial
de este ritual a la Constitución fueron los discursos expresados por Piña,
Creel y el propio López Obrador; en los dos primeros se refrendó la necesidad
del respeto a la autonomía entre los poderes y la necesidad del diálogo; por su
parte, el inquilino de Palacio puso énfasis en el carácter “antineoliberal” de
su gobierno.
Las
diferencias son naturales en un ambiente de pluralidad, lo cual a nadie debería
sorprender. Pero, eso es inaceptable para quienes enarbolan el pensamiento
único. Por ello, los porristas de AMLO fustigaron posteriormente a Piña y
Creel. Los fanáticos hubieran deseado un acto de zalamería y abyección al
habitante de Palacio. ¿No qué eran distintos?
Un
elemento que ilustró el enojo de los empleados del presidente, fue la acusación
de que la ministra Piña “no había respetado el protocolo” al no ponerse de pie
cuando arribó al evento el tabasqueño, aunque sí lo hizo cuando se le
“reconoció su investidura”. En realidad, todo el ceremonial tenía olor a
naftalina y la intención era quemarle incienso a López Obrador. Y no pudieron.
En fin,
hagamos a un lado mezquindades y formalismos, lo trascendente son las posturas
firmes y claras frente al intento de AMLO de tomar por asalto al INE y
convertirlo en un legitimador del presunto triunfo de Morena en 2024. Este es
el punto nodal, lo demás son exorcismos publicitarios, arena en los ojos y
cinismo presidencial. Vienen duras batallas.
@pedro_penaloz