La Otra Versión

“Menos face y más book”, así lo dijo Poniatowska

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                                                                                 René Sánchez García.

 

La semana pasada, la Universidad Complutense de Madrid (España) otorgó el grado de Doctor Honoris Causa, a la escritora mexicana Elena Poniatowka, en reconocimiento a su vasta obra escrita literaria, a su incansable lucha por los derechos humanos en México y por constante militancia política de izquierda a lado de los que nada tienen. Esta es la primera vez que una mujer mexicana recibe dicho galardón universal, tal y como en su momento lo recibieron hombres como Albert Einstein, Nelson Mandela, Rafael Alberti, Umberco Eco, Miguel León Portilla, Pablo González Casanova, Jorge Carpizo (estos tres últimos mexicanos), entre otros. La escritora expresó que se siente “feliz pero aturdida por tantos regalos que me da España”.

En su discurso de aceptación y agradecimiento, pronunciado ante las autoridades educativas de la Universidad Complutense, la autora de La noche de Tlatelolco y Hasta no verte Jesús mío (entre otras muchísimas más), se refirió al caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela normal de Ayotzinapa (Estado de Guerrero, México), cuya investigación de hechos pretende cerrar para siempre el Gobierno Federal; así como a la muerte de Julio Scherer García, ejemplo nacional del periodismo opositor, crítico e independiente de la segunda mitad del siglo XX y los años del actual; y acerca de las bondades y riesgos en el uso de la internet y las redes sociales, mismas que son “un arma de doble filo, porque pueden ser una maravilla, pero también pueden enajenar a los adolescentes”.

Totalmente molesta e indignada por lo que pasa en México con respecto a los estudiantes desaparecidos, con voz firme pero tierna, Poniatowska al referirse a dicho caso, expresa “Son de esas cosas que al gobierno no le gusta que yo venga a decir acá. México nos duele, me duele la mentira, me duele la trampa, me duele la corrupción”. En una charla ante estudiante de dicha Universidad y con un marco escenográfico con las fotografías de los estudiantes desaparecidos, la escritora mexicana, amiga de andanzas con Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y Sergio Pitol, dice: “Si me dejara ir me pondría a llorar de tristeza por lo que sucede en México. Pensábamos que con Tlatelolco ya era la última vez, pero ahora una segunda. México es un polvorín a punto del estallido”.

La catedrática española Rocío Oviedo Pérez de Tudela, quien tuvo a su cargo el mensaje de bienvenida a nuestra escritora mexicana, expresó que una de las mejores virtudes de la escritora premiada es “su capacidad para calificar. Para colocar el adjetivo en el lugar y la situación exactos, para convertir la oralidad en literatura. Para mí el Cervantes (Premio que recibió el año pasado en España a manos de los reyes) le fue dado por eso, por crear un nuevo subgénero literario, lo que llamamos literatura testimonial y no creo que haya un mejor ejemplo al respecto que la que hace Elena”. Tal y como ella lo sabe expresar, esto es, con fina ironía, se refirió a lo que los políticos mexicanos requieren: “Menos face y más book”, que no es otra cosa que menos explotación de su imagen personal a través de los medios de comunicación y más libros leídos, consultados y comprendidos, o sea, más cultos. ¡¡ Esta Elenita que no se mide ¡!

Sagare32@hotmail.com

 

 

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