MENSAJE DEL PAPA A LA ONU
MENSAJE DEL PAPA A LA ONU
o La pandemia,
tiempo oportuno para la conversión.
o Muchos derechos
fundamentales son violados con impunidad.
o Los niños, de los
más afectados por la pandemia.
o La ONU debe unir a las naciones, no colonizarlas con
ideologías.
El viernes
25 de septiembre de 2020, a través de un video, como el resto de los
participantes, el Papa Francisco envió un mensaje a las Naciones Unidas, con
ocasión de su 75 aniversario:
http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont- messages/2020/documents/papa-francesco_20200925_videomessaggio- onu.html.
El
Pontífice reiteró el deseo de la Santa Sede de que la ONU sea “un verdadero
signo e instrumento de unidad entre los Estados y de servicio a la entera
familia humana”.
El Papa recordó que la crisis sanitaria del COVID-19 “ha
llevado a la pérdida de muchas vidas”, además está cambiando nuestra forma de
vida, cuestionando nuestros sistemas económicos, sanitarios y sociales, y
exponiendo nuestra fragilidad como criaturas”. Por ello considera que este
tiempo que estamos viviendo “es un momento oportuno para la conversión
repensando nuestra forma de vida y nuestros sistemas económicos y sociales”.
El papa abogó por el multilateralismo, expresión propia de
la corresponsabilidad y de la solidaridad fundamentada en la justicia y la paz,
en contra de las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo,
individualismo y aislamiento que deja fuera a los más pobres y vulnerables.
El Pontífice hizo referencia a muchos temas, entre ellos se
refirió al trabajo, la migración, los refugiados y la ecología, denunció la
cultura del descarte, la violencia infantil, las amenazas para la paz y los
diversos atentados contra los derechos humanos, entre otros temas.
“Es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan
siendo violados con impunidad”. Queda la terrible imagen de “una humanidad
violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de
desarrollo”. “Las crisis humanitarias se han convertido en el statu quo, donde los derechos a la vida,
a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados”, denunció.
El Papa se refirió “a las devastadoras consecuencias de la
crisis del Covid-19 en los niños, comprendiendo los menores migrantes y
refugiados no acompañados. La violencia contra los niños, incluido el horrible
flagelo del abuso infantil y de la pornografía, también ha aumentado
dramáticamente”.
“Millones de niños no pueden regresar a la escuela. En
muchas partes del mundo esta situación amenaza un aumento del trabajo infantil,
la explotación, el maltratado y la desnutrición. Desafortunadamente, los países
y las instituciones internacionales también están promoviendo el aborto como
uno de los denominados “servicios esenciales” en la respuesta humanitaria. Es
triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la
existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos
tanto para la madre como para el niño no nacido.
Reiteró que los primeros educadores del niño son su mamá y
su papá, la familia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos
describe como el elemento natural y fundamental de la sociedad. Con demasiada
frecuencia, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable.
El Papa Francisco se refirió también a la mujer, “en todos
los niveles de la sociedad las mujeres están jugando un papel importante, con
su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien
común. Sin embargo, muchas mujeres quedan rezagadas: víctimas de la esclavitud,
la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes”.
Y
concluyó: “De una crisis no se sale
igual: o salimos mejores o salimos peores”. La contingencia sanitaria ha
evidenciado los límites de nuestra autosuficiencia y fragilidad humana. Todos
nos necesitamos, no podemos vivir sin el otro.
La
ONU fue creada para unir a las naciones, para promover apoyos solidarios y
cuidar a la humanidad; lamentablemente observamos que algunas políticas que
este organismo promueve o apoya son auténticas formas de colonialismo
ideológico y atentados en contra de las naciones, de la familia y de los
derechos fundamentales.
Pbro.
José Manuel Suazo Reyes Director Oficina Comunicación Social Arquidiócesis de Xalapa