Mesa directiva y la demagogia
Mesa directiva y la demagogia
Por Uriel Flores Aguayo
Una de las notas más relevantes de esta semana
tiene que ver con la renovación de la mesa directiva de la Cámara de Diputados
Federales. Ha ocupado titulares de prensa y un cierto protagonismo en las redes
sociales; su importancia ascendió a nivel de opinión del mismo Presidente de la
Republica. Ha sido un debate ríspido y mal enfocado. Un pequeño grupo de
Diputados, histriónico en exceso, logró posicionar su postura muy particular y
atraer a la simpatía de un sector amplio de legisladores de Morena. Fue un
intento de engaño y de las viejas prácticas políticas. Se desplegó un ejercicio
demagógico envuelto en ocurrencias y seudóposturas de principios y de
izquierda.
La historia es reciente y por tanto se puede
recuperar fácilmente. Al inicio de esta Legislatura Federal el PT llegó como
tercera fuerza política, pero cedió varios de sus Diputados a Morena para que
éste pudiera tener mayoría. Tal vez desde su registro algunos candidatos solo
iban formalmente como PT pero no pensaban integrarse a él. Con esa maniobra el
PT descendió de lugar y provocó que el PRI ocupara la tercera posición. El
acuerdo de la Junta de Coordinación Política fue práctico y democrático: en el
primer año preside la fuerza mayoritaria, en el segundo la fuerza que sigue en
número de Diputados y en el tercero la fuerza número tres.
En orden cuantitativo la lista es Morena, PAN y
PRI; así lo acordaron y firmaron. Hasta el segundo año, con algunos
desencuentros en el relevo de Porfirio Muñoz Ledo, se respetó lo pactado. El
problema llegó en la tercera oportunidad de nombrar a la Mesa, por la
beligerancia del PT y de Gerardo Fernández Noroña, quienes hicieron de todo
para tumbar el acuerdo político fundacional de esta Legislatura.
Para
sorpresa y enojo de observadores y actores políticos se dio un lamentable
espectáculo de tianguis en la Cámara de Diputados, consistente en denunciada
compra de afiliación de Diputados a los grupos parlamentarios en pugna, pero de
forma más grotesca en el PT. En dicho partido, en una de las peores tradiciones
y arcaicas prácticas políticas, el fin justifica los medios y por medio de
fichajes de Legisladores hizo el intento de presentarse artificialmente como
tercera fuerza parlamentaria.

Hay varias lecciones que se pueden desprender de
este momento político en la Cámara de Diputados. El principal tiene que ver con
la legalidad, la gobernabilidad y el respeto escrupuloso a la pluralidad
Legislativa. Es casi increíble que todo eso se ponga en duda por las
tentaciones autoritarias de porciones de la mayoría y las aventuras demagógicas
de un grupo. El parlamento es un poder del Estado mexicano, tiene funciones
sustanciales para nuestro país; no debe, por tanto, estar sujeto a caprichos,
aventuras, visiones pequeñas y mucho menos a posturas setenteras y demagógicas.
La mayoría legislativa, supongo que con absoluta convicción, mostró altura
política y calidad democrática; es una refrescante noticia para la salud de la
Republica. No se debe minimizar el peligro que suponen las expresiones de
Noroña y compañía, quienes recrean posiciones de ambición personal sobre el interés
general pero montados en la simpatía que genera el discurso de las
transformaciones. Al final la Mesa Directiva se integró correctamente,
destacando que de once integrantes nueve son mujeres, con la relevancia
experimentada de la Presidente Dulce María Sauri y la vicepresidente Dolores
Padierna.
La Mesa Directiva tiene funciones concretas que son
importantes desde luego, conduce las sesiones, pero no decide la agenda
legislativa. Quienes están en la Mesa Directiva adquieren naturalmente mayor
protagonismo mediático, eso es normal. Que haya sido tema de disputa tan álgida
puede ser por la ambición Petista o por otro tipo de afanes enfocados a las
elecciones del año próximo. Que el tono de los discursos impugnadores haya
llegado a niveles de señalamientos de asesinos y traidores nos obliga a los
ciudadanos y a los actores políticos a cuidar el ambiente público y subir el
nivel de nuestras deliberaciones.
Recadito: Será
difícil salir del nivel de indigencia intelectual y ética de ciertos espacios
de poder local.