México, país de reprobados
La otra versión:
René Sánchez García.
El problema no es nuevo, sino que cada día más se deteriora considerablemente. No se inició al término de la revolución mexicana, sino cuando los tecnócratas economicistas le arrebataron a los científicos humanistas la dirección de la educación nacional. También cuando el sindicalismo magisterial dejó de ser de lucha para convertirse en parte del engranaje de poder del Estado, secundado por las televisoras nacionales que se apoderaron de la labor de educar a los mexicanos. Pero más cuando el país se insertó a teorías y prácticas educativas extranjeras, ajenas a nuestra realidad social y cultural.
Resulta que a mediados de esta semana la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) dio a conocer los resultados de la prueba PISA 2012 que se aplicó a 510 mil estudiantes de 65 países, entre los cuales se encuentran 8 de origen latinoamericano, entre ellos nuestro país. Pues bien, México descendió nuevamente 5 lugares, quedando en el número 53 del ranking mundial. Como sabemos, la prueba PISA tiene como objetivo medir las habilidades de los jóvenes para resolver problemas básicos con los conocimientos que tienen en Matemáticas, Lectura y Ciencias.
En esta ocasión, los jóvenes bachilleres mexicanos obtuvieron 413 puntos en Matemáticas y 424 en Lectura. Exactamente 6 y1 puntos menos en comparación con la prueba ENLACE 2009, respectivamente. Asunto anterior que nos coloca con un dominio de conocimientos insuficientes, tal y como estuvimos también en el año 2009. Ahora en el 2012, varias regiones de China, como Shanghái, Hong Kong, Taipei y Maco, ocuparon los 10 primeros lugares de excelencia, con tan sólo un 12% de errores en la prueba. Chile y Perú ocuparon lugares aceptables en comparación con México, pese a que invierten mucho menos en educación y cultura.
Según la representante de la OCDE en nuestro país: “a México le tomará 25 años para llegar al nivel promedio que pide dicho organismo internacional”. Por su parte, Emilio Chuayffet, Secretario de Educación, se limitó a mencionar que lo anterior “No es culpa de la administración pasada y dicho deterioro del sistema se arrastra desde hace 20 años”.
Así, la papa caliente va hacia atrás y a ver a quien le toca atraparla. Por el momento nos quedamos sólo con los números deprimentes de la evaluación educativa, pues en las palabras del funcionario responsable de la educación nacional no encontramos el porqué del problema y cómo se pretende solucionarlo.
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