México y la cumbre climática: Irresponsables
México y la cumbre climática: Irresponsables
Si fuéramos más conscientes de que se puede perder todo en un segundo,
valoraríamos más todo lo que
poseemos.
El Principito. Antoine de Saint-Exupéry
Ya pasó de ser una moda el
tema ambiental. Es de tomarse muy en serio el problema planetario que implican
nuestros deterioros ambientales, el reconocimiento de la trascendencia de
nuestra huella humana, del impacto del “progreso” y lo que ha significado para
la vida en la Tierra.
Entender como un asunto de
sobrevivencia humana, la obligación de mirar los problemas planetarios que se
presentan. Los que van más allá de fronteras y territorios nacionales, los que
superan las visiones “nacionalistas”. En nuestro país y para nuestro gobierno, pareciera
que la única idea es mirarnos al ombligo, incluso sin atinar a resolver los
asuntos del deterioro nacional, los problemas locales. Una visión chata en la
acción gubernamental o de plano inexistente.
Es México un país incendiado:
en lo que va del año se han registrado 4,129 incendios forestales en 30 entidades
con una superficie afectada de 159,674 has. Las causas que más originaron los
incendios son de origen ilícito en 38%, 29% por actividades agrícolas y pecuarias
y diversas causas en el resto.
En nuestro país la escasez de
agua se incrementa; el 85% del territorio sufre algún grado de sequía; de cada
10 ríos 7 están contaminados; el país está en riesgo de perder su segundo lago
más grande, el Cuitzeo, en Michoacán; en Veracruz se cierne la amenaza de que,
en menos de una década, desaparezca el glaciar Jamapa, uno de los dos que aún
le quedan al Citlaltépetl, según declara Ricardo Rodríguez Deméneghi, promotor
del proyecto Salvemos al Pico de Orizaba.
Las presentes tragedias
ambientales parecen estar muy lejanas del proyecto transformador; gobiernos de
toda índole que no entienden la gravedad o rechazan la crisis climática.
Visiones negligentemente localistas, nacionalistas, sin miras a las
responsabilidades planetarias, carentes de una seria política ambiental.
La apuesta del desarrollo
nacional, por ejemplo, impuesta contra viento y marea sobre la base de la
explotación de combustibles fósiles. Otro ejemplo es la falta de interés
gubernamental en la agenda climática global, poniendo en riesgo el cumplimiento
de derechos humanos de nuestra población presente y futura.
La deuda climática de nuestro
país en el marco global es alta, peor aún es pretender pasar por alto la
relevancia del tema, omitiendo las responsabilidades a que estamos sujetos por
derecho nacional e internacional. Es ofensiva la falta de compromisos para con
el medio ambiente del gobierno y de la mayoría de las clases políticas
mexicanas; no escuchan a muchas voces que en nuestro país y el mundo han
advertido que nos quedan pocos años para modificar nuestra forma de relación
con la naturaleza y con ello lograr sobrevivir como especie en el planeta.
De ese tamaño es el problema,
de esa envergadura el reto. Toca la puerta el futuro apocalíptico que sobrevendrá,
de no hacer lo que urge en relación con nuestro comportamiento respecto de la
madre tierra.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
No lo
estamos haciendo bien. Marzo de 2021/ el mes más violento contra la mujer.