Ángel Rafael Martínez AlarcónOpinión

Mi vacunación contra el covid-19, un derecho constitucional

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Mi vacunación contra el covid-19, un derecho constitucional

Por Ángel Rafael Martínez Alarcón

 

 

En el treceavo mes del confinamiento, decretado por el gobierno federal, el pasado 22 de marzo del 2020.  Me tocó ir a ponerme la vacuna contra  el covid-19, la pandemia del siglo XXI, que paralizó al mundo. En el presente año, el gobierno federal, anunció la compra de la vacuna contra la pandemia. Luego de muchas especulaciones, de las compras, las donaciones a nuestro país. Una primera etapa para los médicos y enfermeros al frente de la pandemia, no todo. Luego una acción para vacunar a la población adulta mayor de 60 años, también con varias versiones. En el caso de Xalapa, creo que fue una excelente jornada para los adultos; por experiencia propia de acompañar a mi madre en su aplicación de la vacuna, en el Estadio Jalapeño, Heriberto Jara Corona. Una excelente experiencia. En poco más de 90 minutos, una tarde de marzo del presente año.

 

            La semana pasada, el gobierno federal anunció que cinco estados de la república: Veracruz, Chiapas, Coahuila, Nayarit y Tamaulipas. Cabe destacar que nuestro Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, es el primer estado de la federación, con más de 24 mil establecimientos educativos en el sistema de educación básica. De ahí su importancia de estar en los primeros estados vacunados en el país.

 

             El artículo cuarto constitucional, dice: Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución. La Ley definirá un sistema de salud para el bienestar, con el fin de garantizar la extensión progresiva, cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y gratuita de las personas que no cuenten con seguridad social.  Es penoso que esta pandemia y el proceso de vacunación, se ha querido politizar, como 4 transformación, nos está vacunando como una dádiva del gobierno. Cuando desde los presupuestos aprobados por el Congreso de la Unión, y el pago de los impuestos de todos los mexicanos, no al chantaje de los gobernantes en turno.

            La vacunación en nuestro país, tiene 217 años, en la Nueva España el 25 de abril de 1804, llegó a Yucatán Francisco Xavier Balmis,   vino  a la Nueva España y las Filipinas, por instrucciones del rey. Carlos IV,  para vacunar a los habitantes del virreinato. En todo el siglo XIX, vamos encontrar medidas médicas en favor de la salud. Uno de los grandes logros de la Revolución Mexicana, fue el reglón de la salud. El Presidente Manuel Ávila Camacho, fundó el Instituto Mexicano del Seguro Social. Para recordar brevemente, de los principios de los 70 ́ del siglo XX,  el programa nacional de inmunización, en 1976, la cartilla de vacunación, días nacionales de vacunación en 1986.  En 1991, el programa de vacunación universal ( pleno periodo neoliberal, en 1991)  Así como la Semana nacional de salud, 1993. Sin olvidar que el sexenio de Felipe Calderón,  con la pandemia de la influenza, H1N1. El gobierno federal dio frente estoicamente a la pandemia, tenemos una larga tradición por parte del Estado Mexicano.

 

            Las primeras dificultades para inscribirme para la vacunación, fue el director de la carrera de psicología, Oscar Bailey Garcia.  Mi fecha, el 22 de abril, en el día mundial de la tierra, y el primer aniversario del fallecimiento de María.    

 

            Jueves 22 de abril del 2021, por la mañana, ya con mi curp, la credencial del ine y el impreso de la inscripción de personal no vacunado. Varios problemas para salir, primero no encontraba las llaves, luego se olvidó mi cartera, con menos de 200 pesos, peor que el Señor López. Fui caminando al nido de los halcones de la Universidad Veracruzana.  Mi recorrido a pie se inició por la calle Madero, Poeta Jesús Díaz, Insurgentes, Aldama, 5 de febrero, Rojano, Diego Leño, Salvador Díaz Miron, Circuito Gonzalo Aguire Beltran.  En la zona universitaria,  nuevamente de fiesta, por tanto movimiento, los adultos mayores en su segunda dosis, y las diferentes sedes de la uv. A las 11:14 de la mañana me formé en la larga fila en el puente que une la Usbi con la zona universitaria. Con 25 grados de temperatura, un sol brillante. Empezó el pasar de todo tipo de vendedores de mascarillas, cubrebocas, tortas, refresco, así como todo tipo de propaganda comercial, y un regalo para todos,  El nuevo testamento, el cual tomé por tiene una página para anotar tu nombre y fecha, mismo que utilice para memorizar tan histórico acontecimiento. En menos de 15 minutos, ya estamos en la puerta de los Halcones, todos muy bien ordenados, conversaciones en voz baja. Nadie se coló en la fila. Tuve la gran oportunidad de saludar a colegas docentes, amigos, ex alumnos.

            Ya en el ingresó a las instalaciones, un grupo de jóvenes muy amables revisaron los tres documentos solicitados. Y si te hacía falta el curp, ahí mismo te lo imprimían.  Luego se pasó ya sentado y atendido por una señorita, para volver a revisar tu documentación. Así como la firma del consentimiento para la vacuna Cansino. Un doctor me preguntó sobre mis dudas o alguna enfermedad crónica degenerativa, confirme que soy diabético. En la entrada al gimnasio de los Halcones, siempre todo en orden. Se ofreció una manzana para hidratar.

 

            Fui sentado para esperar mi turno. En la cancha instaladas mesas, con enfermeros de la marina, auxiliares de la Universidad Veracruzana, y del Sector Salud. Una cantante de ópera al fondo, en cierto momento tanto orden, me hacía en algún país nordico. Muchos de los formados tomando las obligadas fotografías o selfies, para subirla a las redes sociales de instagram. Twitter, facebook. Nadie tiro basura, en todo el trayecto.

 

            El momento de la vacunación, con algo de nervios, el recuerdo de los 214,095 mexicanos fallecidos por el covid-19, desde l8 de marzo de 2020; los amigos que no tuvieron dicha oportunidad. Ya en puesto, el teniente de la Marina, Manuel Campos, siguió todo el protocolo de ensañarme la jeringa nueva, la ampolleta de la vacuna china, de un sola dosis. La inyección no la sentí. Pase sentarme a la observación, por diabetico, me dejaron en la planta baja. No deje de tomar fotos. https://youtu.be/ANytNm01uO8. A las 12:20 horas, otra vez a la realidad.

            Finalmente debemos de agradecer a los millones de mexicanos que pagan puntualmente sus impuestos. Que quieran politizar es otra situación ajena al espíritu constitucional en favor de la salud.