MIÉRCOLES DE CENIZA
Con absoluta rapidez, enero y febrero se marcharon. Cincuenta y nueve días, la sexta parte del año se consumió. La carnavalmanía entra por la puerta grande. Al puerto de Veracruz lo transforman los miles de visitantes que acuden a la pachanga. Muchos residentes jarochos, le dan la espalda a la bulla y aprovechan para irse a descansar a lugares tranquilos. El guateque del carnaval es una celebración de origen pagano. Los romanos la practicaban de manera desenfrenada en las fiestas de Saturno y en honor a Baco, el del vino, de ahí los bacanales. A la llegada del cristianismo, las fiestas no fueron sofocadas, únicamente quedaron calificadas como injurias y las encausaron como una prescripción para suprimir toda la carne de la casa; de ahí, carnaval, la raíz latina carni, quiere decir carne, y levare, es el verbo elevar o quitar.
Terminada la juerga del rey Momo y siguiendo a marzo, el próximo seis, es día especial para EL CREYENTE Y FIEL de la religión católica, pues inicia la celebración más importante de la fe cristiana, la RESURRECCIÓN DE CRISTO. Resurrección viene del latín resurgere y éste de surgere, es decir, levantarse o surgir; por consiguiente se refiere a la vuelta a la vida de Jesús. Los católicos para este gran festejo, se proveen de un ámbito de cavilación, de cambio, de invocación y compañerismo con los que más necesitan.
Esta preparación dura cuarenta días y se llama Cuaresma. El número cuarenta en la Biblia, significa el tiempo necesario para alcanzar un evento o suceso importante, ejemplo, el diluvio tardó cuarenta días en acrisolar la tierra; Moisés durante cuarenta años caminó por el desierto; Jesús, en un páramo, hizo ayuno y oración cuarenta días en la preparación de su encomienda.
Este año, la cuaresma inicia el 6 de marzo con el llamado MIÉRCOLES DE CENIZA, rito que nos lleva a recordar que la vida es fugaz. La insignia de ceniza que, el cura nos pone en la frente, es el signo de la caducidad de la condición humana y obedece a una costumbre de estar consciente de que moriremos y el cuerpo algún día será polvo y que, la burla, la soberbia, el desdén o la insolencia, jamás evitarán esta conversión. También se nos revela que no es tan importante vivir solo para lo material, o lo que es lo mismo, para qué tanto brinco, si el suelo está requete parejo.
Esta cuaresma nos invita a la meditación; nos convoca a hacer un alto en las prisas en que andamos, para balancear nuestros comportamientos. Lo que hacemos mal simplemente corregirlo y lo que emprendemos bien, embellecerlo. Esto incluye la salud, la relación personal, la relación en el trabajo, en nuestra profesión, en lo económico, en nuestra actividad y en nuestra productividad.
Esta cuaresma nos encamina hasta el día catorce de abril en que celebraremos el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor o sea el inicio de la Semana Santa, y ésta, culmina hasta el domingo de RESURRECCIÓN el día veintiuno. Rápido el año se desgasta.
Amigos, pronto las flores de las jacarandas del parque Hidalgo estarán en el suelo. Y bien dijeron los de antes: “Semana Santa que marcea, hambre o muerte andea” Ni hablar, mejor abril que marzo para celebrarla. Todo con medida.
¡Ánimo ingao..!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz