Ars Scribendi

MIGUEL MALDONADO

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ARS SCRIBENDI

Rafael Rojas Colorado

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx-

Segunda parte

 

  1. ¿Cuál es tu espacio idóneo para escribir?

Es algo que va variando con la edad. Antes me sentía muy a gusto escribiendo de noche, por ejemplo. Al fin de la jornada, ya sabes, un café, un cigarro, lo que fuera, los rituales que tuviese, pero conforme avanzaron los años me siento más a gusto en las mañanas, con la primera luz del día, hay una claridad que ahora la veo distinta, al ánimo que tenía nocturno. Sigo escribiendo en libreta, a manuscrito, aunque también puedo escribir directamente en ordenador, o bien en el teléfono o en Tablet, donde sea, aunque lo prefiero hacer manuscritamente. Me siento mucho más a gusto en la mañana, pero es algo que pasa a muchos, sobre todo, en los periodos de juventud, muchos escritores solían [preferían] escribir nocturnamente, y no sé si sea un asunto de la edad o de descubrimiento, al final de los años o a mitad de su vida cambian la noche por el día, no sé si sea una tragedia. También el hecho de escribir a mano no es por un asunto meramente de hábito, sino que también ganas un tiempo más en el proceso de publicación, porque al escribir a mano estás agregándole un tiempo más que es el de transcribirlo a la máquina. Y en ese proceso de trascripción se va depurando. Si tú lo escribieras directamente a la máquina le robas tiempo que ayuda mucho a la depuración.

 

  1. Cuando tu primera obra fue publicada, ¿cuál fue tu reacción, pensaste que verdaderamente nacía un escritor?

Lo expresaría en dos momentos: uno, cuando sientes que tienes una vocación por escribir, y el segundo momento cuando ya lo asumes y decides hacerlo. En mi caso, fue muy tarde, tal vez a los 26, 27 años. No, quizás fue un poco antes porque estaba viviendo en Canadá, como a los 24 o 25 años. Estudié Derecho y tomé la decisión de no ejercer esa profesión para dedicarme en cambio a la escritura. Fue un momento en que lo decidí: ya sentía el llamado, digamos, como lo dice Octavio Paz, un susurro interno, pero no lo había asumido como forma de vida. Entonces decidí escribir un libro. Dejar atrás todo y culminar un proyecto, su título fue Poesía. Magia al corriente. Lo publiqué en una edición de autor, regresé de Canadá en el 2003, y en el 2004 lo publiqué en México con mis propios medios, [en privado, 200 ejemplares, hice una presentación muy de amigos, pero fue el momento en que yo lo asumí] Así lo hice. Después, mi segundo libro, lo publica una editorial muy bonita llamada Colibrí, publicaba autores con el bastión de Bonifaz Nuño que a mí me gustaban mucho, una editorial que ya no existe, pero mi primer libro sí fue por decisión propia y, además, también lo hice ya como editor.

 

  1. ¿Cuál es la evolución que percibes en la literatura actual, pensando propiamente en narrativa y poesía?

No sé si dijera yo evolución, lo que sí creo es que hay una literatura que sigue un poco el ritmo de las modas, hoy en día el tema de la violencia, el tema de la descomposición social, y hay una literatura que se ha enfocado a ello, y otra que se cuece en un fuego aparte, que va a deshoras con la actualidad, yo creo que las dos vertientes tienen algo valioso que aportar; en mi caso, por ejemplo, en este momento, prefiero una literatura un tanto ajena a los temas que se están tratando tanto en la narrativa como en la poesía. Escribir un libro sobre la rosa, bueno, ¡quién escribe hoy en día sobre las rosas!

 

  1. ¿Qué es lo que pretendes comunicar con tu poesía?

Lo que pretendo es comunicarme yo, es decir, es presentar una mirada de algo, una manera de ver cierto estado de cosas, más allá de querer dar un mensaje particular, más allá de querer cambiar la realidad o cambiar una sensibilidad, es simplemente decir: esto es una voz, una manera de ver que se manifiesta de este modo. Una apuesta por la imaginación.

 

  1. ¿Qué mensaje ofrece El vuelo de la Rosa?

El vuelo de la rosa ofrece una metáfora universal de la belleza y de la perfección inalcanzable. Eso es en particular y es lo que yo quería ofrecer. Pero este es un tema que recorre todas las culturas y toda nuestra historia, el tema de la fragilidad de la belleza y también de la fragilidad de nuestros sueños. El vuelo de la rosa trata precisamente del sueño de la rosa que aspira volar, porque sabe que volando sería el último atributo para ser perfecta, entonces, en esta búsqueda de su perfección es cuando surgen diversas reflexiones que nos llevan por distintos vericuetos, uno de ellos es darnos cuenta de que buscando a veces nuestros sueños lo que estamos haciendo es buscar también nuestra perfección.

 

  1. Si el libro de Los oficios tristes nace a través de la revaloración de los trabajos que tú realizaste en un momento de tu vida, ¿cómo nace “El vuelo de la Rosa”?

Nace de distintas partes, en principio nace porque es un lema muy mexicano, empezando por la rosa de Castilla que es la rosa más común de nuestro país, es un símbolo y lo es en todas las culturas, pero en México es un símbolo importante. De entrada, en el ámbito de la religión católica, las rosas son las que se le dan a la Virgen de Guadalupe, también es uno de los milagros. Hay diversos autores mexicanos que han tratado el tema de la rosa: en particular, Xavier Villaurrutia, con su Nocturna rosa, y Eduardo Lizalde, quien tradujo las rosas de Rilke y escribió también un libro sobre las rosas.

 

 Que perfección tuya rosa ahora que vuelas,

 perfecta entre las flores. Y ya quieres ser canora,

 perfectísima; todo por defecto de tus sueños.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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