MITOS CLÁSICOS GRIEGOS RECREADOS
MITOS CLÁSICOS GRIEGOS RECREADOS
Quienes
tuvimos la maravillosa oportunidad de interesarnos y leer acerca de la Cultura
Griega, en su esplendor durante el siglo V AC, recordaremos que no sólo fueron
los creadores de todas las ciencias y las artes actuales, gracias a su
disciplina filosófica demostrada, sino también fueron grandes narradores de
epopeyas imaginarias, vividas a lado de sus deidades, que con el paso de los
años se convirtieron en lecturas clásica inolvidables.
Entre la multitud de libros
que aún no leo, la semana pasada me encontré con uno maravilloso, se trata de Fuegos de Marguerite Yourcenar (Madrid,
1985, traducción de Emma Calatayud, Ed. Alfaguara, 124 p.) donde hace un
excelente trabajo de recreación poética literaria de algunos de los mitos,
leyendas, relatos, tragedias, dramas, aventuras y comedias clásicas griegas
bastante conocidas, haciendo una mezcla de dichas historias con el amor humano.
Así, de esta manera, sus
narraciones tomadas de las leyendas e historias griegas del pasado, las
convierte por escrito en presente, de forma lírica surrealista, que, al leerlas,
ahora recreadas, se vuelven a convertir en pasado nuevamente. Como ella lo
expresa: “…son una serie de prosas líricas unidas entre sí por una cierta
noción de amor, mismas destinadas a servir de soporte al poeta a través de los
tiempos”. Esos mitos que son sustento de Fuegos son: Fedra, Aquiles, Patrocho, Antígona, Lena, María Magdalena, Fedón,
Clitemnestra y Safo.
Los personajes míticos o
reales que estos relatos evocan pertenecen a la antigua Grecia, excepto María
Magdalena, situada históricamente en el mundo judeo-sirio, aparecido en los
inicios del cristianismo bajo el dominio romano. Marguerite Yourcenar, autora
también de Memorias de Adriano y Opus nigrum, menciona que “En Fuegos, donde no creía hacer otra cosa
sino glorificar un amor muy concreto, o acaso exorcizarlo, la idolatría del ser
amado se asocia claramente con pasiones abstractas, pero no menos intensas, que
a veces prevalecen sobre la obsesión sentimental y carnal. Este baile de
máscaras ha sido una de las etapas de una toma de conciencia”.
La extraordinaria recreación
literaria de dicho libro, no termina allí. Al final de cada mito visto se
desprenden toda una serie de pequeñas reflexiones de vida que nos regala la
autora nacida en Bruselas en 1903, que fue la primea mujer que ingresa a l´
Académie Francaise, lo que le permitió durante sus 50 años de escritora: ser
rigurosa y refinada, viajera incansable y buceadora eterna en lo humano.